El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, recordó que San Juan de Ávila, nombrado el pasado domingo 7 de octubre nuevo Doctor de la Iglesia, fue un “maestro de santos” que dejó como aporte a la Iglesia su vivencia del misterio cristiano.

El Obispo de Córdoba, quien junto al Rector de la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila en Montilla (Córdoba), inauguraron hoy en Montilla el Año Jubilar, declaró a ACI Prensa, que San Juan de Ávila “es maestro de santos”, porque a él acudieron santos como “San Juan de Rivera, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Borja, Santa Teresa de Jesús, San Pedro de Alcántara, o San Juan de Dios”.

Su aportación a la Iglesia “fue la de vivir en primer lugar el misterio cristiano…Con el ardor misionero de San Pablo. Hay una frase muy bonita que dice: ‘Vengo de escuchar a San Pablo, que está predicando sobre San Pablo’. Era Juan de Ávila, que hablaba con el ardor del apóstol San Pablo acerca de Jesucristo”, dijo.

El Obispo también se refirió a la ceremonia en la que fue nombrado Doctor de la Iglesia, ante más de 25.000 fieles y unos 400 obispos en la Plaza de San Pedro.

La ceremonia “fue muy bonita, el Papa dijo: ‘Y esto es de todos, y para toda la Iglesia’. Por tanto la tarea que tenemos ahora es darlo a conocer más y más a la Iglesia de nuestro tiempo, ya que lo propuso como modelo para la Nueva Evangelización”.

La agenda de celebraciones de la apertura del Año Jubilar en Córdoba continuará con una Misa de acción de gracias el próximo domingo, y con la peregrinación de toda la conferencia episcopal española el próximo 23 de noviembre al santuario. Además, está previsto un congreso internacional sobre el santo, para el próximo mes de abril.

Rector de la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila)

En entrevista en Roma con ACI Prensa, el Rector de la Basílica, Padre José Almedina Polonio, explicó que desde que el Papa Benedicto XVI anunciara en agosto de 2012, su intención de declarar a San Juan de Ávila Doctor de la Iglesia, notan “una mayor afluencia de laicos, de parroquias, de movimientos, y mucho interés desde todas partes del mundo para conocer al santo”.

“Benedicto XVI lo ha puesto en el candelero para que todos nos iluminemos con su vida y con su doctrina. Así que el santuario tiene las puertas abiertas a todos”, animó.

El P. Almedina, de tan solo 30 años de edad, nació-n en Montilla, precisamente enfrente del Santuario, donde además, fue monaguillo. Para él, “San Juan de Ávila sería y es activo en muchísimos campos de la vida y de la sociedad... Primero como sacerdote bien arraigado en la fe, y llevando a Jesucristo a todos los campos de la vida social”.

“Evangelizó a los niños más pequeños, aconsejó a los doctores de la Iglesia y a los grandes padres espirituales, también a la gente sencilla, a los matrimonios, a los seglares, a los religiosos, incluso al Concilio de Trento”, concluyó.

San Juan de Ávila

San Juan de Ávila vivió desde el año 1500 al 1569, nació en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, y murió en Montilla, en el año 1969. Se caracteriza sobre todo por ser un hombre que dio todo. Era hijo único de una familia rica, sus padres tenían minas de plata, y al estilo de San Francisco de Asís, lo vendió todo, se lo dio a los pobres, y se fue de misionero a América. Al llegar a Sevilla, el Arzobispo de allí lo retuvo y le dijo, ‘tus indias están aquí’, y obedeciéndole se quedó, predicando y evangelizando.

Es conocido como el apóstol de Andalucía, y desde el año 1533 se instaló en Córdoba, donde fue sacerdote diocesano secular. Es por ello que el Papa lo declaró en 1946 patrono del Clero Secular Español.

Sus restos ahora reposan en Montilla, en una iglesia moderna del siglo XX, construida en 1949. El Santo pidió ser enterrado en la capilla del Colegio de la Compañía de Jesús, que había fundado San Francisco de Borja, amigo y discípulo suyo con influencias de San Juan de Ávila, pero su sepulcro fue trasladado a esta iglesia construida en su honor de cara a su canonización. Durante el pasado mes de julio, el Benedicto XVI elevó al carácter de Basílica Pontificia esta iglesia que alberga el sepulcro y Santuario de San Juan de Ávila.

Además, muy cerca está la casa donde él vivió y murió, el lugar donde escribió las cartas a Santa Teresa de Jesús, a San Ignacio de Loyola, a San Juan de Dios. En ella fue visitado por muchísimos santos, recibió los memoriales del Concilio de Trento, y remató su obra en la fundación de 15 instituciones de enseñanzas, entre ellas la Universidad de Baeza.

A partir del Año Jubilar, Montilla será un lugar de peregrinación y “para acercarnos más a Dios y recibir su perdón abundante”, concluyó el P. Almedina.