Una multitud participó este fin de semana, pese a las inclemencias del tiempo, de la 20º Peregrinación desde Rosario al santuario de la Virgen de San Nicolás, con el lema "Con humildad y alegría caminamos con María".

Durante la caminata de 70 kilómetros se pidió a la Virgen por las intenciones del papa Francisco, sobre todo por su llamado a orar por la paz en Siria, Medio Oriente y el mundo.

Al salir de la catedral rosarina, los peregrinos fueron bendecidos por el Arzobispo de Rosario, Monseñor José Luis Mollaghan, quien también presidió la misa central en el santuario mariano junto al río Paraná. Concelebró el Obispo de San Nicolás de los Arroyos, Monseñor Héctor Cardelli, y varios sacerdotes.

En la homilía, Monseñor Mollaghan recordó que "la guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad" y subrayó que "resuenen una vez más las palabras de Pablo VI: 'Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más… ¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!'".

"La paz se afianza solamente con la paz; la paz se afianza solamente con la paz. La paz no separada de los deberes de la justicia, sino alimentada por el propio sacrificio, por la clemencia, por la misericordia, por la caridad", indicó citando el mensaje papal para la Jornada Mundial de la Paz 1976.

El Prelado también agradeció a "todos los que caminaron y peregrinaron, con María, para unirse en esta misión caminante" y llamó a renovar el compromiso de "ser humildes como María, caminar con ella, e imitarla, como la primera peregrina de su Hijo; a seguir a Jesús, y renunciar al mal y al egoísmo. Por esto a lo largo de la peregrinación y en este santuario, alzamos con fe los ojos hacia María, esforzándonos en crecer en la santidad".

Por último, Monseñor Mollaghan alentó a "vivir alegres, como María tenemos que escuchar la palabra de Dios con un corazón sincero y generoso. Si somos egoístas, si pensamos solo en nosotros, no podemos estar alegres".

"En la peregrinación pensábamos en los otros, que también caminaban, rezamos y caminamos con María. Así debe ser nuestra vida. Caminando con gozosa alegría. Pidamos a la Virgen con fe renovada que todos podamos seguir sus pasos, para que Ella siembre en nuestra fe la alegría de Jesús resucitado", concluyó.

Para leer la homilía completa, ingrese a: http://www.aica.org/documentos-s-TW9ucy4gSm9z6SBMdWlzIE1vbGxhZ2hhbg==-2690