Lucia Otgongerel nació en Mongolia hace 30 años sin manos ni piernas. Vivió en una profunda depresión hasta el año 2002, cuando se convirtió al catolicismo y, como ella misma explica, descubrió la verdadera alegría. Hoy trabaja en la capital Ulaanbaatar, como maestra de jóvenes discapacitados.
Lucia sostiene que ahora "no puedo vivir sin mi fe" y sobrelleva los retos de su condición física con una intensa vida de oración a través del rezo cotidiano del Rosario y la meditación de la Biblia; en medio de un país mayoritariamente budista.
En entrevista concedida a UCANews, Lucia cuenta cómo es su trabajo cotidiano con los 7 muchachos discapacitados que oscilan entre 15 y 19 años que tiene a cargo. Pese a no tener manos, les enseña a cocinar, limpiar, leer y escribir; en la pequeña escuela Faith Center, de la Parroquia Saint Mary en Ulaanbaatar que abrió en septiembre pasado.