A pocos días de celebrarse la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, destacó la importancia de la piedad popular por ser la fe de los sencillos, pero pidió no confundirla con una sin raíces.

El Prelado publicó su carta semanal sobre la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que se celebra el 14 de septiembre. Como parte de las celebraciones del Año de la Fe en la diócesis de Córdoba esta fiesta se unirá al rezo de un Viacrucis Magno por las calles e iglesias de la ciudad.

El Viacrucis Magno es la manera que las cofradías de Córdoba tienen de celebrar el Año de la Fe. Por eso, se meditará la Pasión de Cristo a través de 18 pasos procesionales, es decir, las estatuas que procesionan en Semana Santa y que en esta ocasión también recorrerán las calles de la ciudad el día de la Exaltación de la Santa Cruz.

"Este año la fiesta reviste especial importancia, porque el mundo cofrade celebra una expresión solemne de la fe cristiana con un Viacrucis Magno, en el que confluyen 18 pasos de nuestra semana santa cordobesa. Realmente es un acontecimiento extraordinario y esperamos que sea una magna expresión de fe, que a su vez alimente la fe de los participantes", explicó en su carta.

El cortejo procesional comenzará en la iglesia Reina de los Mártires y terminará en la Catedral. Acto seguido tendrá lugar una Adoración Eucarística.

El Obispo recordó que fue el Beato Álvaro de Córdoba, patrono de la Agrupación de Cofradías de la ciudad, quien introdujo esta práctica del viacrucis en occidente. "A la vuelta de su viaje a Tierra Santa en 1419, construyó las catorce estaciones en torno al convento dominico de Escalaceli en Córdoba, para contemplar ese camino de la pasión que culmina en la cruz del calvario", explicó.

"Así, de manera gráfica y sensible podía hacerse este recorrido, acompañando con los propios sentimientos los sentimientos de Cristo, que 'me amó y se entregó por mí', generando una empatía de Cristo al creyente y del creyente devoto a Cristo. El viacrucis, por tanto, tiene mucho de cordobés. De aquí, se extendió a todo occidente", añadió Mons. Fernández.

Según afirma el Obispo de Córdoba, la piedad popular, especialmente en Andalucía "es como un universo en el que se mezclan el aspecto sensible, sentimientos profundos, costumbres y formas, imágenes y ritos, solemnidad y cercanía. Es un mundo que ha brotado de la fe, que se vive de padres a hijos. Y a veces es el sentimiento religioso más profundo que sostiene la esperanza de una persona, sobre todo en momentos decisivos".

Mons. Fernández pidió en su carta que se profundice en la piedad popular para que no se quede en algo superficial o como un mero acontecimiento cultural y que desde las cofradías se fomente la formación espiritual en la fe.

"La piedad popular es la fe de los sencillos, pero no debe confundirse con una fe sin raíces. No debe perder la conciencia de que ha nacido en la Iglesia católica y a ella pertenece, y esa pertenencia salvaguarda de interferencias culturales y políticas de turno. El mundo cofrade es gestionado por seglares, y por cierto muy capaces, pero necesita del sacerdote para garantizar la formación y la comunión eclesial, e insertarse en la vida ordinaria de la parroquia", señaló.

Finalmente pidió que la fe y la devoción cofrade se extienda a través de procesiones y manifestaciones públicas como la que será el Viacrucis del 14 de septiembre, "que este movimiento abra rendijas por las que pueda entrar la luz de la fe en tantos corazones, para que experimenten ese amor más grande que sólo Dios y su Madre bendita son capaces de dar. Vivamos con mucha fe este Viacrucis Magno".