El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, llamó a los fieles a rezar por los miembros de las órdenes contemplativas, porque ellos son los "centinelas de la oración" que "proclaman al mundo que Dios quiere introducirnos en el círculo de su amistad, en su vida divina".

"Se llama contemplativos en la Iglesia a los que 'dedican todo su tiempo únicamente a Dios en la soledad y el silencio, en oración constante y en la penitencia practicada con alegría'. Son muchos los hombres y mujeres en la Iglesia que viven esta vocación para el servicio del Pueblo de Dios. Ellos son verdaderos 'centinelas de la oración'", afirmó en su última carta enviada a ACI Prensa.

Mons. Fernández dijo que en Córdoba hay 24 monasterios de vida contemplativa, uno masculino y los demás femeninos, "verdaderos oasis de oración y de paz, en el silencio y en el trabajo de la vida retirada. Hay también algunos ermitaños, que viven la vida contemplativa en la soledad del desierto. Muchos cristianos encuentran en estos monasterios lugares para el trato con Dios, porque favorecen el silencio, la liturgia bien celebrada, un clima de oración, una presencia especial de Dios".

El Prelado indicó que los contemplativos "no se han retirado del mundo para desentenderse de los demás. Se han retirado atraídos por el misterio de Dios, como la mariposa se siente fascinada por la luz, y viviendo en soledad o en comunidad, oran por sus hermanos, se sacrifican por todos, presentan a Dios nuestras necesidades y proporcionan espacios de oración y retiro para los que buscan a Dios en el silencio, retirados de las ocupaciones cotidianas".

"Los contemplativos no son parásitos de la sociedad, sino reclamos fuertes del misterio de Dios en medio de nuestro mundo tan aturdido por tanta actividad. Ellos nos hacen un bien inmenso, a los creyentes y a los no creyentes, su presencia es un oasis de Dios en medio del desierto de la ciudad secular", afirmó.

Por ello, exhortó a orar por estos miembros de la Iglesia porque "su testimonio nos hace más fácil a todos la vocación contemplativa que todos llevamos en el corazón, porque estamos llamados a disfrutar de Dios".