2 de septiembre de 2015 / 09:34 AM
"Me gusta el arte para expresar las grandes cosas de nuestra fe", comenta la hermana Mary Thomas, religiosa de las Clarisas Pobres de la Adoración Perpetua, quien a sus 82 años continúa pintando murales con el fin de evangelizar y sostener económicamente a su convento.
La hermana Mary es natural de Appleton (Wisconsin – Estados Unidos) y licenciada en el Art Institute de Chicago. En su juventud trabajó como artista comercial en esa ciudad y en Nueva York. Su inquietud vocacional surgió mientras visitaba Roma.
Durante esa Cuaresma la entonces joven artista se dedicó a rezar a la Virgen durante treinta días y empezó a desligarse de sus ambiciones personales. "Mis deseos cambiaron", afirma la hermana María a la National Catholic Register. "Fue un cambio gradual a medida que transcurrían los treinta días, una especie de evolución", añadió.