En una emotiva procesión y ceremonia en la Catedral Metropolitana, más de cinco mil feligreses se reunieron para recibir y honrar las reliquias de la Madre Laura Montoya, la religiosa colombiana beatificada por el Papa Juan Pablo II el pasado 25 de abril.
Los restos mortales de la Madre Laura partieron en una carroza fúnebre hecha de madera tallada y tirada por cuatro corceles blancos, tal como usaba en el siglo XIX; acompañados por más de 50 carros y miles de peregrinos de todo el país y de diversos países donde se encuentran las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, fundadas por la beata.
Según informó la Madre Esperanza Arboleda, Superiora General de las “Lauritas” –como se les conoce más comúnmente–, un total 1.500 hermanas estuvieron presentes en la ceremonia.