Casi un año después del estreno mundial de La Pasión de Cristo, se reveló que la comunidad carmelita de la hermana Lucía, única sobreviviente de los pastorcitos videntes de Fátima, pudo ver la cinta en su propio convento gracias a una proyección financiada por Mel Gibson.
El último número del Boletín de Fátima reveló que la hermana Lucía concedió una entrevista a Gibson y su esposa en su convento de Coimbra, meses después de la proyección que coincidió con la Cuaresma del año 2004.
La comunidad de religiosas de claustro pidió ver la cinta –considerando que las hermanas no pueden ir al cine- y gracias a una joven portuguesa que se puso en contacto con un amigo en Icon Productions, se organizó la proyección después de 92 correos electrónicos y muchas llamadas telefónicas.