17 de septiembre de 2008 / 09:25 AM
El Papa Benedicto XVI dedicó la Audiencia General de este miércoles a su viaje apostólico a Francia por los 150 años de las apariciones marianas de Lourdes. En su discurso destacó que la sonrisa de la Virgen María "nos invita a seguir hacia delante con gran confianza porque Dios es bueno, Dios es amor".
En el Aula Pablo VI y ante miles de peregrinos, el Pontífice explicó que en Francia, "la Iglesia, ya desde el siglo II, desarrolló un papel civilizador fundamental, y en ese contexto maduró la exigencia de una sana distinción entre la esfera política y la religiosa".
"Auténtica laicidad no significa prescindir de la dimensión espiritual, sino reconocer que precisamente ésta es garante de nuestra libertad y de la autonomía de las realidades terrenas, gracias a los juicios de la Sabiduría creadora que la conciencia humana sabe acoger y poner en práctica", precisó.