El Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, el Metropolitano Hilarión de Volokolamsk, agradeció al Papa Benedicto XVI por su compromiso en lograr la normalización de las relaciones entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa, a pesar de los problemas que rodean este proceso.

“En el mundo cristiano lo aprecian mucho. Él es un gran teólogo, conoce bien la tradición de la Iglesia Ortodoxa, al mismo tiempo, tiene una sensibilidad que le permite construir las relaciones con las Iglesias Ortodoxas en un nivel debido”, expresó el Metropolitano a la agencia rusa ITAR-TASS.

En ese sentido, el líder ortodoxo afirmó que durante su pontificado, Benedicto XVI destacó por “una dinámica positiva en las relaciones entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica Romana tras su ascensión al trono de Roma”. “Estamos agradecidos al Papa Benedicto XVI por la comprensión de los problemas que dificultan a una plena normalización de las relaciones entre los ortodoxos y los católicos, especialmente en regiones como Ucrania Occidental”, afirmó.

El Metropolitano Hilarión de Volokolamsk coincidió con los líderes mundiales al señalar que la decisión de Benedicto XVI de renunciar al pontificado “puede ser considerada como acto de la valentía y resignación personal”.

“En los últimos años la Iglesia Católica se enfrentó con los desafíos muy serios que requieren nuevos impulsos procedentes de la Santa Sede. Probablemente, es lo que incitó al Papa a ceder su sitio a un obispo más joven y dinámico quien será elegido por el cónclave de los cardenales”, expresó.

En sus declaraciones, el líder ortodoxo destacó la serenidad y delicadeza con que el Papa abordaba “los asuntos que tanteábamos, su aspiración a resolver conjuntamente los problemas”.

“Yo presentaba en detalle al Papa mi visión de los problemas en el diálogo ortodoxo-católico (hace unos días presenté un informe de estos problemas al Concilio de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa que tomó las resoluciones correspondientes). Tengo una posición muy crítica frente al desarrollo de este diálogo, lo dije francamente al Papa y siempre encontré comprensión por su parte”, recordó.

Finalmente destacó la guerra que desde antes de ser Papa, el Cardenal Joseph Ratzinger declaró a la “dictadura del relativismo” que caracteriza a la sociedad occidental contemporánea.

“Inmediatamente esto lo hizo impopular en los ojos de los políticos y periodistas seculares. El Papa Benedicto XVI no es una estrella mediática. Es un hombre de la Iglesia. En los medios de comunicación lo regañan constantemente por su tradicionalismo y conservatismo, pero precisamente estas sus cualidades valoran los millones de cristianos, tanto los católicos, como los que no pertenecen a la Iglesia Católica: los que están tratando de conservar los valores cristianos espirituales y morales”, expresó.