El nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, Arzobispo Gerard Muller, señaló que los miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (lefebvristas) deben aceptar las enseñanzas del Concilio Vaticano II.

En entrevista concedida a ACI Prensa el 20 de julio cuando la Santa Sede aún aguarda la respuesta final de los lefebvristas para su ingreso a la comunión de la Iglesia, el Arzobispo dijo que “nuestra meta y nuestra tarea es clara: promover la unidad de los discípulos de Cristo en la única Iglesia bajo el liderazgo de Jesucristo y en comunión con su vicario, el sucesor de San Pedro”.

El Prelado vaticano que afirma sentirse optimista sobre el ingreso de los lefebvristas a la Iglesia Católica y explicó que sus enseñanzas, incluyendo el contenido dogmático del Concilio Vaticano II, no son negociables.

“El propósito del diálogo es superar las dificultades en la interpretación del Concilio Vaticano II” pero “no podemos negociar asuntos de la fe revelada, eso es imposible. Un Concilio Ecuménico, de acuerdo a la fe católica, siempre es la autoridad de suprema enseñanza de la Iglesia”.

El pasado 19 de julio, los lefebvristas dieron a conocer un comunicado al finalizar su capítulo general en el que rechazaban “todas las innovaciones del Concilio Vaticano II que permanecen manchadas de errores” y “las reformas que de él han salido”.

Al respecto, Mons. Muller señaló que “esto simplemente no es posible. Nadie puede decirse católico y tomar tal posición. Esta fue precisamente la posición tomada por Martín Lutero en 1519 quien dijo que ‘incluso los concilios pueden equivocarse’”.

“Cualquier cosa dogmatica nunca puede negociarse”, añadió y expresó su esperanza de que los lefebvristas “puedan superar sus dificultades, sus restricciones ideológicas para que podamos trabajar juntos para proclamar a Cristo como la Luz del Mundo”.

En la entrevista concedida a ACI Prensa por Mons. Muller, que como Obispo de Ratisbona también tuvo que lidiar con un seminario lefebvrista en esa diócesis alemana, el Prefecto precisó que “la afirmación de que las auténticas enseñanzas del Vaticano II contradicen formalmente a la tradición de la Iglesia es falsa”.

“Podemos ponernos de acuerdo y evitar posiciones ideológicas si aceptamos la Palabra de Dios presente en la doctrina de la Iglesia Católica”, agregó.

Finalmente reiteró su compromiso para trabajar por la reconciliación de todos los cristianos separados.