A lo largo de los años, los santos de la Iglesia Católica han recordado que la Virgen María es la ayuda más efectiva en la lucha contra el demonio, y los sacerdotes suelen invocar su nombre durante los exorcismos.
San Alfonso María de Ligorio, un gran devoto de la Virgen, relató en su libro "Las Glorias de María" la historia de una joven que logró librarse del diablo gracias al nombre de María Santísima.
Dijo que según las referencias de otros dos autores católicos, cerca del año 1465 vivía en Güeldres (Holanda) una joven llamada María que fue a hacer unos recados a Nimega (Países Bajos) y allí fue tratada groseramente por su tía.