Nik Hoot es un joven de 16 años nacido en Siberia (Rusia), que ha salido adelante como luchador libre juvenil en su escuela secundaria en Estados Unidos, a pesar de las discapacidades físicas que quedaron como secuela al sobrevivir a un aborto, y asegura que su situación “es una ventaja” en el deporte.

Nik nació en 1996, sobreviviendo a una “gestación interrumpida a las 24 semanas”, tal como señala el reporte médico. Durante el procedimiento, perdió parte de sus dos piernas.

Marvin y Apryl Hoots, un matrimonio estadounidense, adoptó a NIk y lo llevó a su hogar, en el estado de Indiana, en el que ahora vive junto otros cinco hermanos también adoptados, tres de China y otro de Rusia.

De acuerdo a Apryl Hoots “comenzamos a hacer esto porque estos niños necesitaban un hogar” y “quisimos hacer lo que pensamos que era importante”.

A pesar de que las piernas de Nik fueron amputadas, la derecha a la altura de la rodilla y la izquierda en el talón, él decidió entrar al deporte de la lucha libre.

Para su entrenador en la escuela, Tony Girod, fue difícil al comienzo ayudar a Nik en el deporte porque “no hay un video para estudiar, o internet. No hay libros”, para saber cómo entrenarlo.

En declaraciones recogidas por The Journal Gazette, Girod señaló que “no puedes confiarte en algo que siempre has hecho y ha funcionado en tu carrera, o algo que has visto hacer a alguien. Simplemente no puedes usar esas cosas para Nik, porque, obviamente, Nik es Nik”, señaló.

Sin embargo Nik asegura que no ve su situación en el deporte “como algo difícil”, pues lo ve “como una ventaja, porque lucho con gente que tiene ambos pies todo el tiempo, así que saben todo lo que ellos pueden hacer. Pero cuando me ven, es completamente diferente”.