El Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, señaló que hay grupos que buscan destruir a la Iglesia porque la ven como un obstáculo que les impide dominar el mundo con legislaciones que “atentan contra los fundamentos mismos de la civilización”.

“Hoy tenemos retos semejantes en distintos países del mundo. La globalización trajo legislaciones que se difunden en las diferentes naciones; y que atentan contra los fundamentos mismos de la civilización”, advirtió durante su visita al Seminario Mayor San José de La Plata (Argentina).

Mons. Ferrer Grenesche dijo que estas legislaciones “apuntan a la secularización y laicización de la sociedad. Y hay grupos bien interesados en destruir lo que se oponga a ello. Por ello, ven a la Iglesia como un peligro para su plan de dominación. Porque no busca acuerdos, a medio camino, entre la verdad y la mentira”.

La autoridad vaticana dijo que en este escenario la labor de los sacerdotes y fieles es “retomar intensamente nuestra identidad (católica), y la conversión interior; la vocación a la santidad y a la misión. Allí apunta la Nueva Evangelización”.

“Como bien nos lo enseña el Santo Padre (Benedicto XVI), tenemos tres vías de evangelización: la ordinaria, en nuestras comunidades, con los fieles que están en la Iglesia; la misionera, allí donde no se conoce a Cristo, y la Nueva Evangelización, para todos aquellos que se alejaron o no viven, con intensidad, su práctica cristiana”, señaló.

Para ello, indicó, se debe buscar el encuentro de los fieles con Dios y una herramienta importante es la liturgia. “Por eso es responsabilidad de los pastores del pueblo de Dios, como parte de su oficio de amor, cuidar de ella. Y eso comienza aquí, en el Seminario”, afirmó.

Mons. Ferrer, quien fue rector del Seminario Mayor de Toledo (España), recordó que la liturgia le pertenece a Dios y no a los hombres, y por ello “celebrar los sagrados misterios es lo más importante en la vida de cualquier sacerdote, obispo y el propio Papa. Y, además, la forma en que el Santo Padre celebra se constituye en el modelo perfecto para toda la Iglesia”.

“La liturgia es escuela de fe y de vida cristiana, y debe impregnar toda la vida del Seminario. En ella convergen el Magisterio, la Biblia y los Sacramentos. Por eso, ya desde el Seminario, hay que vivir lo que la Iglesia nos pide el día de nuestra Ordenación: ‘imita lo que tratas. Y configura tu vida con el misterio de la Cruz del Señor’”, señaló.

Finalmente, la autoridad vaticana exhortó a los seminaristas a fijarse en el modo en que celebraban la liturgia santos como San Juan, San Gregorio Magno, San Martín de Tours, San Felipe Neri, el Santo Cura de Ars, San Pío de Pietrelcina y San Josemaría Escrivá de Balaguer. “Todos ellos, y tantos otros, son muy buenos modelos a imitar”, afirmó.