Dos vehículos cargados de explosivos fueron interceptados por las Fuerzas Armadas de Egipto durante la fiesta de Navidad de los cristianos coptos, que se celebra el 7 de enero. Los autores pretendían causar un atentado bomba contra una iglesia copta de la ciudad de Rafah, en la península de Sinaí cerca de la Franja de Gaza.

Los militares descubrieron a varios hombres enmascarados en dos vehículos sin matrícula en las inmediaciones de la iglesia durante un patrullaje rutinario. Detuvieron a uno de los vehículos, pero el segundo consiguió escapar.

Según los indicios del ejército, los hombres pretendían atentar durante las festividades de la Navidad de los coptos.

En una entrevista concedida a Radio Vaticana, el Obispo de Giza (Egipto), Mons. Antonios Aziz Mina, explicó que los cristianos no pueden tener odio, sino que “en Navidad tenemos que tener fe y esperanza, también si la situación es pesada, la Navidad siempre es Navidad, la felicidad está en el corazón y no en la situación política”.

“Debemos tener siempre confianza en poder salir del punto muerto para poder alcanzar algún día la paz verdadera, no solo para nuestro país, sino en los países de todo el mundo”, agregó.

En referencia a la presión que sufren los cristianos por parte de los extremistas islámicos, Mons. Aziz consideró que se trata de personas “cerradas de mente”, que han dividido al pueblo de Egipto en dos facciones: “los islamistas, que creen ser verdaderos creyentes, y los demás –los musulmanes moderados, los cristianos y cualquier otra facción aunque no sea religiosa-, a quienes ellos consideran no creyentes”, dijo.

Actualmente Egipto se prepara para las elecciones, dentro de un marco legal que comprende a la Sharia, una ley religiosa musulmana. La población copta supone entre el seis y el diez por ciento de la población total de Egipto, en este sentido, Mons. Aziz concluyó que aunque son pocos, “somos grandes de espíritu, grandes porque Cristo nos sostiene, Él obra a través de nosotros y a través de su Iglesia”.