22 de septiembre de 2017 / 07:32 AM
Ante la desconfianza y la preocupación con que en ocasiones se afronta la llegada masiva de migrantes y refugiados a las costas de Europa, el Papa Francisco animó a las Iglesias locales a ver en este fenómeno una oportunidad para reafirma la catolicidad de la Iglesia y la fidelidad a la misión encomendada por Jesucristo: amar a Jesucristo en los que más sufren, como son los migrantes y refugiados.
En un discurso pronunciado ante los Directores nacionales de la pastoral para los migrantes, a los que recibió en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre reconoció la existencia de una preocupación en la sociedad europea por la llegada y acogida de migrantes y refugiados.
"Esa preocupación se reconoce y se comprende a la luz de un momento histórico marcado por la crisis económica que ha dejado una profunda herida. Esa preocupación también se ha agravado por la composición y el flujo migratorio, por las insuficiencias importantes de las sociedades de acogida y, a menudo, por las inadecuadas políticas nacionales y comunitarias".