El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, abordó en su carta pastoral semanal la presentación de Jesús por parte de Juan el Bautista y afirmó que la experiencia del encuentro personal con Cristo es el mejor aval que tienen los cristianos para testimoniarlo ante los hombres y así llevar a cabo la evangelización.

El Prelado explicó las palabras que San Juan Bautista dijo "éste es el cordero de Dios". Aseguró que por eso existe en el hombre el deseo de unión con Dios y en ese contexto se sitúan los sacrificios. "Es decir, presentarle a Dios de lo nuestro para que él lo bendiga y podamos así participar de sus bienes", precisó en la carta enviada a ACI Prensa.

En ese sentido, el Obispo de Córdoba recordó la importancia del cordero en la religión judía y musulmana, pues ambas lo utilizan para sus principales fiestas.

"El cordero forma parte del mundo de los sacrificios, es símbolo de perdón, de comunión, de ofrenda sacrificial de lo nuestro a Dios. Cuando Juan el Bautista presenta a Jesús como el 'Cordero de Dios' está presentando la mejor ofrenda que en su día podremos hacer a Dios, el rescate por nuestros pecados y delitos, la comunión de vida con Dios que se acerca hasta nosotros", explicó Mons. Demetrio Fernández.

De esta manera, añadió, "Jesús es presentado desde el principio como el que viene a quitar el pecado del mundo", Jesucristo es presentado como el que viene a curar la fractura que hicieron Adán y Eva.

"Su misión redentora será la de traernos a Dios como Padre misericordioso, y presentarnos ante su Padre como hijos, haciéndonos hermanos suyos. En Cristo confluye ese deseo de Dios, que busca al hombre para hacerle partícipe de sus dones, de su vida, de su felicidad", afirmó.

 En ese sentido aseguró que "la salvación del mundo, de todos los hombres, alcanza su culmen dramático en la pasión redentora de Jesús, que ofreciendo su vida humana en la cruz, nos alcanza vida eterna de hijos a todos nosotros".

"La muerte y todo lo que le rodea ha sido asumido por el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. De esta manera, lo que era nuestra ruina se ha convertido en nuestro remedio medicinal, gracias a este Cordero de Dios envuelto en Espíritu Santo", explicó el Prelado en su carta.

Recordó que Jesús en su vida pública anunció que ha venido a buscar a los pecadores, y por ellos dará la vida en la cruz. "Este es el Cordero que Dios nos da, es el Cordero que por su sacrificio nos restablece la unión con Dios, es el Cordero que paga con su sangre todos nuestros delitos, es el Cordero que comemos en la comunión y nos hace hermanos. 'Yo lo he visto', nos dice el apóstol Juan. La experiencia directa de este encuentro es el mejor aval para dar testimonio, y en esto consiste la evangelización", aseguró.