El Arzobispo de Corrientes (Argentina), Mons. Andrés Stanovnik, señaló que las penitencias cuaresmales deben servir para "examinar dónde se nos ha endurecido el corazón" y así purificarnos del pecado y poder llegar limpios a la Pascua.
El Prelado indicó que para que la Cuaresma sea "un tiempo de oración y de conversión es necesario examinar dónde se nos ha endurecido el corazón, reconocer nuestro pecado, para poder llegar limpios a la celebración del misterio pascual".
Para ello, Mons. Stanovnik señaló que los medios cuaresmales de la oración, el ayuno y la limosna, "no queden en meros actos externos, sino que nazcan de lo profundo de la persona y la lleve a un verdadero encuentro con Jesucristo".