El vocero del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Carlos Payá, exigió al gobierno de España “hacer todo” para aclarar la muerte de su hermano Oswaldo Payá, pues se trata de un ciudadano español –por doble nacionalidad-, que falleció dentro de Cuba en circunstancias que no han sido investigadas.

“Cuba es una dictadura pero España es un estado de derecho y cuando un ciudadano español (Oswaldo lo era) muere en circunstancias confusas su país debe hacer todo por aclarar su muerte”, expresó el 8 de octubre en la cuenta de Facebook del MCL.

En declaraciones a ACI Prensa, Carlos Payá dijo que desde hace tres años el fundador del MCL contaba con la doble nacionalidad, por tanto “España puede hacer lo que debe hacer cualquier país cuando un ciudadano suyo muere en circunstancias confusas en otro país”.

“No pedimos compasión ni dar pena o lástima. Exigimos JUSTICIA y que cese el silencio. A los que conspiraron para matar a Oswaldo y Harold (Cepero) se suman ahora los que pactan para ocultar la verdad, a pesar de que saben de sobra lo que pasó”, añadió en Facebook.

Las declaraciones de Carlos Payá se dan luego del juicio que el Gobierno cubano hizo al español Ángel Carromero el pasado 5 de octubre, acusado de provocar el “accidente” automovilístico que ocasionó la muerte del líder católico y de Cepero el 22 de julio.

La versión oficial del accidente es rechazada por la familia de Payá, que afirma tener información de que el auto en que viajaban los disidentes, junto a Carromero y el sueco Aron Modig, fue embestido varias veces por un vehículo rojo hasta ser sacado de la carretera Las Tunas-Bayamo.

El vocero del MCL calificó de “farsa” el juicio organizado por el Gobierno comunista, que impidió a los tres hijos de Payá – Rosa María, Oswaldo y Reinaldo -, presenciar el acto realizado en Bayamo y los mantuvo durante horas rodeados por agentes de Seguridad del Estado.

Asimismo, denunció que el día anterior el régimen de Raúl Castro detuvo a 28 miembros del MCL. Si bien todos fueron liberados luego de horas, un caso especial fue el de Ezequiel Morales, que “recibió una golpiza de policías cuando dijo que Oswaldo y Harold habían sido asesinados”.

Por ello, Carlos Payá criticó al cónsul general de España en Cuba, Tomás Rodríguez Pantoja, que calificó de “correcto”, “limpio” y “procesalmente impecable” el juicio a Carromero.

No sería la primera vez que España intervenga a favor de la disidencia en Cuba. En 2010 accedió recibir a decenas de opositores excarcelados gracias al diálogo entablado entre el Gobierno comunista y la Iglesia católica, representada por el Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega.