6 de febrero de 2014 / 11:01 PM
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, abordó en su carta pastoral semanal la campaña de Manos Unidas que bajo el lema "Un mundo nuevo, proyecto común", llama a tomar conciencia sobre el hambre en el mundo; e indicó que este problema no es culpa de Dios, sino del egoísmo de los hombres.
"El mundo está mal repartido y de ello no tiene la culpa Dios, sino el egoísmo de los hombres, que se quedan con lo suyo y lo ajeno", aseguró el Obispo de Córdoba. Recordó que la campaña de Manos Unidas dura todo el año ya que siempre se realizan actividades de concienciación sobre el hambre en el mundo, "de las múltiples carencias que sufren tantas personas en el mundo, mientras otras tienen de sobra para vivir desahogadamente".
En ese sentido, destacó que el segundo viernes de febrero tendrá lugar el día del ayuno voluntario, cuyo resultado es entregado en la colecta litúrgica del domingo siguiente con destino a Manos Unidas. "La ayuda que prestamos a las personas que viven en países en vías de desarrollo no lo hacemos de lo que nos sobra, sino privándonos -ayunando- de algo que necesitamos. Esto es típicamente cristiano. Damos rascándonos el bolsillo y quitándolo de tantas cosas legítimas, pero que podemos prescindir de ellas para compartir con los que no tienen nada", explicó.