Diversas organizaciones y personalidades civiles deploraron la muerte de Inmaculada Echevarría, una paciente de distrofia muscular progresiva a la que los médicos retiraron el soporte respiratorio que recibía desde hace nueve años, por tratarse de un caso de eutanasia que no tiene amparo legal ni moral.
Según la presidenta de la Federación Estatal de Asociaciones Pro-Vida, Alicia Latorre, este caso podría tomarse "como una bandera para abrir las puertas a la eutanasia" en España.
Para Natalia López Moratalla, doctora en Ciencias Biológicas y catedrática de Bioquímica, el caso de Echevarría es “eutanasia pura y dura”, pues no hubo un "ensañamiento inútil sobre su salud".