Con esa naturalidad y sencillez que lo caracteriza, el Papa Francisco recogió el bolso de una anciana en silla de ruedas y se lo entregó gentilmente.
Este gesto que podría pasar desapercibido en otras circunstancias, se dió durante los saludos y las bendiciones que el Santo Padre impartía a su paso por un grupo de niños y personas mayores reunidos en la Plaza de San Pedro el domingo 5 de mayo.
La agencia vaticana News.va, describió el gesto como un acto "amoroso y espontáneo del Papa" el cual fue destacado por los diversos medios periodísticos del país.