"Recemos para que en Tierra Santa y en todo Oriente Medio la paz se alce de nuevo tras las paradas recurrentes y dramáticas y que, en cambio, cesen por siempre la enemistad y las divisiones". Este ha sido el llamado del Papa Francisco en la Misa matutina en la Casa de Santa Marta.
Ha sido una celebración especial, concelebrada con el Patriarca de Alejandria de los Coptos Católicos, Ibrahim Isaac Sidrak, con motivo de la manifestación pública de la comunión eclesiástica solicitada por el Patriarca y concedida en su día por el Papa Benedicto XVI.
Francisco ha retomado las palabras del profeta Isaías que hablan de un despertar de los corazones en espera de la llegada gloriosa del Señor, diciendo: "Sentimos que el llamamiento a los "temerosos de corazón", se dirige a cuantos en vuestra amada tierra de Egipto experimentan la inseguridad y la violencia, a veces debido a su fe cristiana: "Valor, no teman: éstas son las palabras de consuelo que se confirman en nuestra solidaridad fraternal. Doy gracias a Dios por este encuentro que me brinda la ocasión de reforzar vuestra esperanza y la nuestra, porque es la misma".