En el primer día de su visita a Corea del Sur, el Papa Francisco alentó a los Obispos a ser custodios de la memoria y la esperanza de su pueblo, al tiempo que advirtió los riesgos de incorporar criterios mundanos de éxito y poder en la labor evangelizadora.
Francisco advirtió a los Obispos que "el testimonio profético y evangélico presenta algunos retos particulares a la Iglesia en Corea, que vive y se mueve en medio de una sociedad próspera pero cada vez más secularizada y materialista".
"En estas circunstancias, los agentes pastorales sienten la tentación de adoptar no sólo modelos eficaces de gestión, programación y organización tomados del mundo de los negocios, sino también un estilo de vida y una mentalidad guiada más por los criterios mundanos del éxito e incluso del poder, que por los criterios que nos presenta Jesús en el Evangelio".