13 de febrero de 2013 / 01:14 PM
En una abarrotada Basílica de San Pedro y ante cientos de fieles que llegaron para expresarle su afecto y cercanía, el Papa Benedicto XVI presidió la última Misa de Miércoles de Ceniza de su pontificado y explicó que la Cuaresma, que comienza hoy, es el tiempo para volver a Dios con todo el corazón.
El Santo Padre recordó que con esta celebración del Miércoles de Ceniza "comenzamos un nuevo camino cuaresmal, un camino que se extiende por cuarenta días y nos conduce a la alegría de la Pascua del Señor, a la victoria de la vida sobre la muerte".
El Papa dijo luego que estar cerca de la tumba del Apóstol Pedro, el primer Papa, es "oportunidad propicia para agradecer a todos, especialmente a los fieles de la diócesis de Roma, mientras me preparo para concluir el ministerio petrino, y pedir que me recuerden especialmente en su oración".