Desde cúpula de la catedral, bendicen Nicaragua contra el coronavirus

Desde la cúpula de la Catedral de Managua, el Arzobispo de la ciudad, Cardenal Leopoldo José Brenes, bendijo Nicaragua con el Santísimo Sacramento para pedir por la salud de los ciudadanos y por la lucha contra el coronavirus COVID-19.

El Cardenal Brenes pidió a Dios que con su presencia en la Eucaristía aumente la fe del pueblo por medio del Espíritu Santo, para que puedan penetrar en el aparente silencio y ausencia de Dios, quien es "camino, verdad y vida".

Al escuchar la voz del Padre, que dice "este es mi hijo amado en el que tengo puesta mi complacencia", el Purpurado animó a tener fe por medio de la contemplación de Jesús Eucaristía, e iluminar la situación personal, familiar y social, especialmente en la crisis que vive el país por el coronavirus.

"Tú eres nuestra esperanza, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo, nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives siempre intercediendo por nosotros", señaló el Cardenal Brenes.

El Purpurado animó a tener esperanza, y pidió a Cristo que esta se transforme en confianza, en "gozo de Pascua, y camino apresurado contigo hacia el padre".

"Queremos sentir como tú, y valorar las cosas como las valoras tú, porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo", agregó.

Además, el Cardenal Brenes indicó que al igual que San Pablo, los fieles deben buscar que el centro de sus vidas sea Jesús, "porque, con tan buen amigo presente, todo se puede sufrir y superar, en ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre, porque en la oración, el amor es el que habla".

"En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, si nos amas, si nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación", resaltó.

Asimismo, el Purpurado suplicó a Jesús que, bendiga a los consagrados, las religiosas y al pueblo en general, que "te ama, y que en este momento está temeroso de perder la vida por esta pandemia".

Al finalizar con la oración, el Cardenal Brenes alzó la custodia con el Santísimo Sacramento, para poder bendecir a la ciudad entera.