Este jueves 26 de junio la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó de forma unánime una ley estatal de Massachusetts que establecía una zona restringida de 35 pies (poco más de 10 metros) para evitar las manifestaciones pro-vida y los esfuerzos que estos realizan para convencer a las mujeres que asisten a las clínicas de aborto.
La norma, indican desde Massachusetts, estaba "justificada solamente por los legítimos intereses del gobierno en relación a la seguridad pública y a la acceso al cuidado de la salud".
Por su parte, los activistas pro-vida afirman que la ley era inconstitucional ya que violaba la libertad de expresión amparada en la Primera Enmienda. Indicaron además que la norma "penalizaba indiscriminadamente las conversaciones pacíficas, consensuadas y que no obstruían nada" sobre el servicio que ellos prestan a las mujeres embarazadas.