Comienza consulta internacional sobre cultos “New Age” en el Vaticano

Como una iniciativa de la Comisión Interdicasterial de reflexión sobre “Sectas y Nuevos Movimientos Religiosos” se lleva a cabo del 14 al 17 de junio en el Vaticano una consulta internacional sobre la “New Age”.

La reunión se desarrolla como continuación del informe provisional publicado el pasado 3 de febrero del 2003 bajo el título “Jesucristo portador de agua viva: una reflexión cristiana sobre la New Age”, redactado por los Pontificios Consejos de la Cultura y para el Diálogo Interreligioso.

El evento cuenta con la participación de miembros de dichos dicasterios, de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos; y unos veinte expertos enviados por las conferencias episcopales de diversos países.

El programa incluye una presentación sintética de las respuestas de las iglesias locales a un cuestionario enviado junto con el informe y la reflexión sobre dos aspectos centrales: el discernimiento sobre las técnicas psicológicas promovidas por la New Age y una confrontación más profunda entre sus propuestas y la espiritualidad cristiana.

Al final se darán una serie de indicaciones para ofrecer a los episcopados una reflexión pastoral sobre el tema.

Respuesta engañosa

Por su parte, durante el primer día de la reunión, el Cardenal Paul Poupard, Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, explicó que New Age se presenta como una “respuesta engañosa a la esperanza más antigua de felicidad del hombre, que es la esperanza de una Nueva Era de paz, armonía, reconciliación consigo mismo, con los otros y con la naturaleza”.

El Purpurado aseguró que la “Nueva Era” propone teorías y doctrinas sobre Dios, el hombre y el mundo “incompatibles con la fe cristiana” y que en Occidente, donde más se ha desarrollado este movimiento, “tienen que saber que las respuestas que da están equivocadas y que no se trata de una nueva religión”.

Asimismo, el Cardenal indicó que el movimiento New Age plantea a la Iglesia “un enorme desafío: se trata de hacer entrar la fe en esta cultura New Age, que presenta huellas de religiosidad”; y agregó que “es evidente que, poco a poco, en Occidente se verifica una distancia entre la gente y la fe cristiana, y existe un fenómeno de compensación, de fascinación misteriosa de las prácticas esotéricas que derivan de las distintas culturas orientales”.

“Hoy existe una tendencia hacia una forma universal de religión, un sincretismo, que niega toda referencia a la historia. Para nosotros que somos fieles a Jesucristo encarnado en la historia es realmente un desafío enorme”, añadió el Purpurado.