El Arzobispo de Boston y Presidente del Comité de actividades pro-vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Cardenal Sean O'Malley, advirtió que "un avance técnico en la clonación humana no es el progreso de la humanidad, sino todo lo contrario", pues va contra la dignidad de la persona.
El Purpurado abordó de esta manera la publicación de la revista "Cell" del mes de mayo, que anunció que científicos de la Oregon Health and Science University habían logrado la primera clonación de células madre embrionarias "con fines terapéuticos".
"La noticia de que los investigadores han desarrollado una técnica de clonación de seres humanos es muy preocupante en muchos niveles", dijo el Arzobispo de Boston y señaló que el objetivo terapéutico de la investigación "ya está siendo abordado por los avances científicos que no plantean estos graves males morales" que van "en contra de la dignidad de las personas, porque trata a los seres humanos como productos".
"Más de 120 embriones humanos fueron creados y destruidos para producir seis líneas de células madre embrionarias. La creación de los embriones involucrados están sujetos a mujeres sanas sometidas a procedimientos donde ponen en riesgo su salud y fertilidad", dijo el Cardenal O'Malley.
Por su parte, el líder de la investigación, Shoukhrat Mitalipov, rechazó las preocupaciones éticas sobre los embriones producidos e indicó que estos no son el equivalente de un ser humano, ya que no fueron fertilizados naturalmente, según lo declaró al medio estadounidense National Public Radio.
Mitalipov dijo además que la técnica no se puede utilizar para producir bebés porque no han sido capaces de hacerlo con embriones de monos producidos de la misma manera. Esto fue criticado por el Director Legislativo de la National Right to Life Committee, Douglas Johnson. Indicó que los investigadores "crean muchos embriones humanos, hombres y mujeres, permitiéndoles por un máximo de siete días, con el único propósito de matarlos y cosechar sus células madre".
El Cardenal O´Malley subrayó que "la creación de nuevas vidas humanas en el laboratorio únicamente para destruirlos es un abuso denunciado incluso por muchos que no comparten las convicciones de la Iglesia Católica sobre la vida humana".
"Ya sea su uso con un propósito u otro, la clonación humana trata a los seres humanos como productos, fabricados a fin de satisfacer los deseos de los demás. Es incompatible con la responsabilidad moral de tratar a cada miembro de la familia humana como un don único de Dios, como una persona con su propia dignidad inherente", expresó.