La Agencia Fides informó que el última iglesia católica de Deir Ezzor, al noreste del Siria, fue destruida el pasado 15 de abril a causa de una explosión y ya no quedan cristianos en la zona.

El Vice-Provincial de los Frailes para el Cercano Oriente, Padre Fray Tony Haddad, responsable de la presencia capuchina en el Líbano y Siria, informó que ésta "era la única iglesia en Deir Ezzor que aún permanecía casi intacta".

"Ya no quedan cristianos en la zona", lamentó.

La iglesia pertenecía a los Frailes Franciscanos Capuchinos donde trabajaban dos hermanos y quedó completamente destruida. Por el momento se desconoce si el convento adyacente donde vivían quedó afectado. Nadie ha podido regresar a la zona debido al intenso fuego cruzado.

La iglesia fue construida recientemente y era la única que quedaba intacta en la zona.

Junto a los últimos capuchinos de "Deir Ezzor", también vivían las Hermanas de la Madre Teresa, quienes operaban en el mismo monasterio al cuidado de diez ancianos.

Según señala el sitio web de los capuchinos, los religiosos pudieron escapar con la ayuda de la Cruz Roja Internacional libanesa y siria y gracias al trabajo de sus respectivas nunciaturas.

"Ellos eran los últimos cristianos que quedaban", pero "doy gracias al Señor porque los dos hermanos están sanos y salvos", añadió Fray Haddad.

Los hermanos franciscanos llegaron a Deir Ezzor hace unos 80 años. La ciudad está situada al este de Siria, cerca del río Éufrates, y la frontera con Irak, a unos 450 kilómetros de Damasco.

La guerra civil en Siria comenzó el 26 de enero de 2011, entre los opositores del oficialismo sirio y el gobierno de Bashar Al-Assad, el presidente sirio. Ante la insurrección el Gobierno responde a los ataques armados de los rebeldes con lanzamiento de misiles, bombardeos y lucha armada. En un principio la insurrección demandaba un mayor respeto de los derechos humanos y la democracia, pero algunos que entre las fuerzas de la oposición habría infiltrados diversos grupos extremistas islámicos.

Por el momento la confusión en la ciudad prevalece y todavía se desconoce la autoría del atentado, aunque las reconstrucciones de los hechos señalan que el autor podría haber sido el ejército del gobierno.

La iglesia tenía una gran brecha que daba acceso a algunos combatientes de la oposición para refugiarse y al parecer el ejército del gobierno decidió acabar con el templo. Se habla de "un coche en bomba cercano a la infraestructura".

Para Fray Haddad la situación del país es cada día más crítica, y lamentó amargamente "todo este odio y profanación".

"La Vice-Provincia de los franciscanos ha sufrido varias destrucciones y persecuciones, pero siempre ha resucitado, con Cristo resucitado. La iglesia de piedra se podrá reconstruir un día futuro, cuando resurja una primavera de paz en nuestro Oriente Medio", concluyó.

Los cristianos son una minoría en el país, y por el momento en la ciudad Sweida, al sur de Siria, dos franciscanos resisten en la última comunidad de frailes franciscanos capuchinos.

Mientras tanto, el resto de cristianos también sufre el asedio de la ciudad, y desde la Iglesia Ortodoxa Siria, aseguran que todos sus templos fueron destruidos en el país.