La alianza de ancianos y niños salvará a la familia humana. donde los niños y jóvenes hablan con los ancianos, hay futuro. Si no se da este diálogo entre los ancianos y jóvenes, el futuro no se ve claro. La alianza de ancianos y niños salvará a la familia humana.
¿Podríamos devolver a los niños, que deben aprender a nacer, el tierno testimonio de los ancianos que poseen la sabiduría de la muerte? ¿Podrá esta humanidad, que con todos sus progresos nos parece una adolescente nacida ayer, recuperar la gracia de una vejez que encierra el horizonte de nuestro destino?
La muerte es, sin duda, un pasaje difícil en la vida, para todos nosotros, todos debemos pasar por allí, pero no es fácil. Pero también el pasaje que cierra el tiempo de la incertidumbre y desconecta el reloj. Porque la belleza de la vida, que ya no tiene fecha de caducidad, comienza precisamente entonces. Pero comienza de la sabiduría, de aquel hombre y mujer ancianos que son capaces de dar a los jóvenes el testigo.
Pensemos en el diálogo, en la alianza de ancianos y niños, y busquemos que esta unión no sea interrumpida. Que los ancianos tengan la alegría de hablar y expresarse con los jóvenes. Y que los jóvenes busquen a los ancianos para coger de ellos la sabiduría de la vida.