Cardenal sobre abusos en la Iglesia: “No tenemos nada que temer al decir la verdad”

Cardenal sobre abusos en la Iglesia: “No tenemos nada que temer al decir la verdad”
Cardenal Sean O'Malley. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

El Cardenal Sean O'Malley instó a los obispos italianos a trabajar por una "conversión pastoral"  en su acercamiento a las víctimas de abusos sexuales por parte del clero.

El Cardenal, Arzobispo de Boston y jefe de la comisión de abusos del Vaticano, hizo este llamamiento en un videomensaje emitido durante el tercer día de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana, en el momento en el que los obispos discutían si debían realizar una investigación sobre los abusos en italia. 

"No tenemos nada que temer al decir la verdad. La verdad nos hará libres. Reconocer las historias de abusos de la gente, escuchar a los supervivientes y comprometerse a trabajar juntos no es fácil, pero puedo decirles, después de 40 años, que es el único camino", aseguró el Purpurado. 

A continuación, destacó que "a veces, y tal vez con razón, parece que no hay pasos adecuados que podamos dar para arreglar las cosas para los que han sufrido abusos".

El Cardenal describió esta situación como "la parte más difícil de ser pastor: saber que nuestra escucha y nuestros esfuerzos por la curación y la justicia probablemente no alcancen lo que los supervivientes buscan". 

"Es un recordatorio de que, en última instancia, sólo la gracia de Dios puede reparar lo que el pecado ha roto", aseguró el Cardenal  O'Malley.

Más en Vaticano

Cabe destacar que diferentes asociaciones italianas se unieron en febrero para coordinar un movimiento contra los abusos en la Iglesia católica en Italia

Este grupo está presionando a los obispos para que lleven a cabo una investigación independiente sobre los abusos sexuales del clero en Italia durante los últimos 70 años.

La asociación envió una carta a la conferencia episcopal italiana el 23 de mayo, al inicio de su asamblea general, donde exigieron "verdad, justicia y prevención" y pidieron "una investigación sobre los abusos, la apertura de los archivos de la Iglesia, la indemnización de las víctimas y una aplicación estricta de las normas del Papa Francisco sobre el tratamiento de los casos de abusos por parte de los obispos".

En su mensaje, el cardenal O'Malley aseguró que "seremos juzgados por nuestra respuesta a los abusos" y propuso "una eficaz atención pastoral a las víctimas; una clara orientación y vigilancia en los cursos de formación del personal de la diócesis; un examen adecuado y preciso y la expulsión de los autores de los abusos.

Además, destacó la importancia de la cooperación con las autoridades civiles; una cuidadosa evaluación de los riesgos para los sacerdotes culpables de abusos -para ellos mismos y para la comunidad- una vez que han sido reducidos al estado laico; la verificación pública de los protocolos en vigor para que la gente sepa que las políticas están funcionando y la auditoría y un informe sobre la aplicación de las políticas.

"La buena noticia", dijo el cardenal, "es que cuando se adoptan políticas eficaces y se aplican efectivamente, el número de casos se reduce drásticamente".

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"Los abusos sexuales siempre han estado mal, sin duda", continuó  el Cardenal O'Malley. "Pero la respuesta de los líderes de la Iglesia y de la sociedad civil también ha sido errónea. Hemos aprendido mucho en estos últimos 40 años. Hemos llegado a ver y comprender cómo ha arruinado vidas, ha llevado a adicciones, e incluso a la tragedia de suicidios conocidos y ocultos", lamentó.

"Hay un mar de sufrimiento que estamos llamados a afrontar", dijo el Purpurado, quien defendió que a los obispos "se nos pide un trabajo de escucha, de curación y de justicia, ya que pertenece al ministerio fundamental de un sacerdote y de un pastor".

"Debemos acoger a las personas y ser instrumentos de la gracia de Dios para los que han sido heridos por la vida, incluso cuando ese daño proviene de nuestras propias filas".

"Uno de los deseos más fuertes del corazón humano es sentirse seguro. Nuestra gente quiere sentirse segura en nuestra Iglesia y eso significa que quieren ser fortalecidos en su fe por sus pastores", concluyó.

 

Traducido y adaptado por Almudena Martínez-Bordiú. Publicado originalmente en CNA



 

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