El Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, Cardenal Gianfranco Ravasi, abrió la asamblea plenaria de su dicasterio en la universidad Lumsa de Roma para abrir un diálogo directo con los jóvenes y animarlos a conocer más de cerca el mundo católico.

En una entrevista concedida el 6 de febrero a ACI Prensa, el Cardenal Ravasi señaló que los jóvenes y sus costumbres son un sensor del camino que está tomando la sociedad y, por tanto, la Iglesia debe darles voz y escucharlos.

“Los jóvenes representan muchos rostros distintos. Por un lado son muy libres, pero por otro lado siguen las modas; por un lado detestan un poco la cultura contemporánea, pero aman la música; son muy individualistas, pero al mismo tiempo aman el voluntariado… son una representación de la diversidad de problemas de la sociedad contemporánea, y por tanto, debemos buscar como Iglesia el escucharlos”, explicó.

La asamblea se extiende del 6 al 9 de febrero y se desarrolla bajo el tema “Culturas juveniles emergentes”, en ella participan 60 exponentes del mundo eclesiástico y de la sociedad civil provenientes de todo el mundo.

Dentro del dicasterio, un español toma parte de estas reuniones, se trata de Mons. Melchor Sánchez de Toca y Alameda, el actual subsecretario del Consejo, quien explicó a ACI Prensa lo que esperan obtener de la plenaria de su dicasterio.

“Nos gustaría transmitir a toda la Iglesia una preocupación. Naturalmente todos los obispos y todos los sacerdotes, quienes trabajan con jóvenes están preocupados porque se dan cuenta que no llegan a los jóvenes... ¿Qué está pasando?... se ha roto el proceso de transmisión de la fe, y esta es una situación nueva”, señaló.

Para Mons. Sánchez de Toca, el problema “es que realmente ha cambiado el contexto cultural... No es un problema de ignorancia religiosa, no es un problema de frecuencia o participación en la Misa, es la transmisión de la fe lo que se ha roto, y por lo tanto, hay que estudiar el modo de recomponer este proceso de transmisión”.

“No hay recetas ni formulas mágicas, el cristianismo siempre ha ido contracorriente y no puede ser de otra manera”, concluyó.