El Arzobispo de Génova y Presidente del Episcopado italiano, Cardenal Angelo Bagnasco, recordó que la imposibilidad de comulgar para los divorciados vueltos a casar "no depende de una disposición externa sino que nace del interior del sacramento mismo de la Eucaristía, el sacramento de la unidad perenne entre el amor de Cristo y la humanidad".
Según informa la agencia italiana SIR, el Purpurado respondió así a la pregunta de un periodista sobre este tema durante una conferencia en la que el Cardenal Bagnasco presentó un libro sobre la visita del Papa Benedicto XVI a Génova.
En su respuesta, el Arzobispo citó el ejemplo de los "fieles separados, presentes en Génova como en otras ciudades de Italia: personas que con frecuencia sufren esta situación difícil, pero que viven igualmente la fidelidad a la indisolubilidad del sacramento y desean encontrarse, rezar juntos, intercambiar experiencias, alentarse" y esta situación, añadió, "es uno de los modos en los que se expresa la maternidad de la Iglesia".