El Padre Gaetano Greco, capellán de la cárcel de menores Casal de Marmo en la que el Papa Francisco presidió la Misa del Jueves Santo, explicó las razones que llevaron a incluir en el ritual del lavatorio de los pies a dos mujeres.

El Papa Francisco ha sido el primer Pontífice de la historia en incluir a dos mujeres encarceladas en este gesto, un hecho que ha levantado polémica en la prensa internacional e incluso en algunos sectores católicos.

En declaraciones a ACI Prensa, el Padre Greco, que concelebró la Misa de Jueves Santo junto a Francisco, aseguró que "el Papa es el pastor de la humanidad en su totalidad", y que lave los pies tanto a hombres como a mujeres debería ser visto como algo "normalísimo". "Me parece justo, porque a mi parecer el Papa es el pastor del hombre, el hombre en su totalidad, que está formada por el hombre y la mujer, y por tanto hace un servicio para toda la humanidad", añadió.

El Vaticano ha recordado que el lavatorio de pies es un rito y no un sacramento, y aunque se suelen lavar los pies a 12 varones en recuerdo de los apóstoles, en la práctica pastoral de la Iglesia es lícito tomar en cuenta la situación concreta de la comunidad donde se celebra y el significado de este gesto.

El P. Greco, quien es capellán de la cárcel de menores y conoce bien a las dos jóvenes que participaron en el lavatorio –una italiana y otra albanesa- aseguró que ambas "lloraron de la emoción después del encuentro con el Papa".

En un primer momento las muchachas no estaban incluidas entre los doce reclusos,  y los de mayor edad, "para dar ejemplo", fueron invitados a ceder sus puestos, de manera que se pudiera incluir a las jóvenes en representación de la sección femenina del correccional.

Finalmente, el P. Greco explicó que escogió a los representantes de los doce apóstoles en función de su nacionalidad y creencia religiosa, buscando la máxima variedad posible. Su deseo era recordar que el Papa hace un servicio para toda la humanidad.

"El Papa que pertenece al mundo, no solo a nosotros los católicos, así que una figura de este tamaño y espesor no es exclusividad de nosotros los católicos, sino del mundo, y era justo que estuviera toda la humanidad presente", concluyó.

En el lavado de pies participaron jóvenes católicos, musulmanes, ortodoxos y ateos de África, Europa del Este, Italia y Ecuador.

Esta no es la primera vez que el Papa Bergoglio lava los pies a mujeres por Jueves Santo, cuando era Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, también solía hacerlo.