En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó que es necesario que las personas vivan la experiencia de la vergüenza por los propios pecados y que ensanchen el corazón, para poder así vivir la misericordia en la vida cotidiana.
"Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso". El Papa comentó la exhortación de Jesús, afirmando de inmediato que "no es fácil entender esta actitud de la misericordia" porque estamos acostumbrados a juzgar: "no somos personas que dan naturalmente un poco de espacio a la comprensión y también a la misericordia".
"Para ser misericordiosos –observó, según señala Radio Vaticano– se necesitan dos actitudes. La primera es el conocimiento de sí mismo": saber que "tenemos tantas cosas no buenas: ¡somos pecadores!". Y ante el arrepentimiento, "la justicia de Dios… se transforma en misericordia y perdón". Pero es necesario avergonzarse de los pecados.