27 de agosto de 2008 / 04:25 PM
En el año 2004 la atleta Tasha Danvers-Smith ostentaba su mejor marca en los 400 metros con vallas y era una de las candidatas de fuerza a tentar una presea en las Olimpiadas de Atenas. Sin embargo, resultó embarazada y aunque su entorno esperaba que abortara para competir, ella optó por la vida de su bebé, a quien dedicó la medalla de bronce que ganó hace unos días en Pekín.
Tasha sacrificó un tiempo de gloria en Atenas por el pequeño Jaden, quien asegura fue su inspiración para lograr un sitio en el podio de ganadores de las olimpiadas de Pekín, clausuradas el domingo pasado.
Según relata LifeSiteNews.com, tras descubrir que estaba embarazada en el año 2004, Tasha decidió junto a su esposo y entrenador, Darrell, priorizar la vida del bebé antes que el sueño de competir en los juegos olímpicos de Atenas. En ese momento, sus compañeros deportivos le pidieron que abortara al bebé por considerarla una opción segura para lograr la medalla de oro. La prensa también fue muy dura con ella porque decidió defender la vida de su hijo.