"Cada quien toma su decisión. A mí también me lo decían, pero lo quise experimentar. Es un sueño que uno busca y no se le puede quitar a otra persona. No es nada fácil, lo sabemos, pero no puedo ser egoísta y decirle a otra persona 'no lo hagas", señala.
Joel, de 28 años, salió de Patuca al este de Honduras porque "en nuestro país no se encuentra empleo y por los mareros (pandilleros)".
Atrás deja a su pareja y a dos hijos. "Le dije a mi compañera, yo me voy a ir para los Estados Unidos y tú te quedas aquí. Y voy a buscar una lana (dinero) para mandarte a llevar con 'coyote' o no sé cómo, pero la tengo que sacar de alguna forma".
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Los coyotes son traficantes de personas que cobran hasta ocho mil dólares para ayudarlos a entrar ilegalmente en Estados Unidos.
A Joel le robaron 2.830 pesos (alrededor de 150 dólares) en Palenque, en el estado de Chiapas. También se llevaron su ropa "y varias cosas que traía".
Pero no piensa en regresar. "Siempre voy hacia delante", asegura.
Mientras, se permite tomar un breve descanso en el Albergue Decanal Guadalupano. "Nosotros buscamos los albergues porque nos atienden, nos dan comida, baño, nos orientan, nos dan todo para seguir adelante", asegura.
David Ramos
Graduado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Privada del Norte en Trujillo, Perú. Con más de 12 años de experiencia en periodismo católico trabajando en ACI Prensa, estoy radicado en México desde 2018. He cubierto los viajes del Papa Francisco a Ecuador, Paraguay, México, Colombia, Chile, Perú y Panamá.