Es necesario desarmar a los "infiltrados" en las iglesias y mezquitas para neutralizar las milicias y saqueadores que aterrorizan al país. Este es el llamamiento lanzado por Mons. Dieudonné Nzapalainga y Oumar Kobine Layama, respectivamente Arzobispo e imán de Bangui, capital de la República Centroafricana.

Según señala la agencia vaticana Fides, el Arzobispo hizo votos para que "todos nuestros hermanos que tienen armas las entreguen. Los militares deben desarmar a todos, en las iglesias y mezquitas. Demasiados Centro-africanos tienen armas, musulmanes y cristianos. Las armas no han hecho una opción de campo".

"Hay personas que se infiltran con armas de fuego en los lugares de culto, incluidas las mezquitas", ha comentado también el imán, lanzando un llamamiento a apoyar las operaciones de desarme de las fuerzas internacionales enviadas a la República Centroafricana para ayudar a las autoridades locales a contener la violencia.

Tras el derrocamiento del poder de los rebeldes Seleka, las llamadas milicias anti Balaka (bajo el nombre de las que hay grupos heterogéneos, que en varios casos se trata de bandidos y criminales) han desatado la caza contra los musulmanes, acusados de ser cómplices de Seleka.

Los saqueos han reducido el país al extremo. En una reunión con el Consejero de la Orden de Malta, P. Elkana Ndawatchi, representante de la arquidiócesis de Bangui, ha citado un informe de la Organización Mundial de la Salud, que se remonta a mayo de 2013, según el cual alrededor de 117 estructuras sanitarias visitadas en las zonas más afectadas por el conflicto, 49 hospitales y centros de salud fueron destruidos, mientras que el 80% del personal había huido de las zonas del interior del país.

"En Bangui – ha dicho el sacerdote - de 24 centros de salud solo 17 son capaces de funcionar, de los cuales 9 son centros de salud católicos. Mientras que de 4 hospitales de nivel secundario y terciario sólo 3 ofrecen algunos servicios".

Los representantes de la Orden de Malta ha entregado a la Iglesia local 5 millones de francos CFA destinados a centros de salud católicos y han informado que más ayudas en medicinas están detenidas en el puerto de Douala (Camerún) a causa de la inseguridad de la carretera de enlace entre los dos países.