La Iglesia en Argentina celebró con Misas y procesiones la Solemnidad del Corpus Christi el domingo 3 de junio, y llamó a respetar y defender la vida del bebé por nacer y de su madre, en el marco de la discusión del aborto en el Parlamento.
La celebración del Corpus Christi fue el culmen de un tiempo especial de oración convocado por la Iglesia en Argentina con motivo del debate del proyecto para despenalizar el aborto que será votado en primera instancia el 13 de junio.
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La Conferencia Episcopal de Argentina (CEA) que también llamó a una jornada especial de ayuno y oración este jueves 7 de junio, para la cual preparó una oración especial que fue leída en cada jurisdicción eclesial.
El sábado 2 de junio, el Vicepresidente de la CEA y Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Aurelio Poli, presidió la Misa en la Catedral Metropolitana, ubicada en la Plaza de Mayo, y oró para que los legisladores "apuesten siempre por los derechos de los que no tienen voz".
El Cardenal Poli lamentó que los "argumentos de razón y los de sentido común que fueron orgullo y letra inspirada y sabia de nuestra Constitución, parecen no ser suficientes para definir el carácter sagrado del don de la vida".
"Pero confiamos en la razón más poderosa que tenemos los cristianos y eres Tú Señor de la vida, porque Tú nos compraste con tu sangre derramada y tu cuerpo partido para la liberación", agregó.
Antes de la Misa se realizó una gran procesión juvenil, cuyos participantes partieron de cuatro arterias de la ciudad y se unieron en la Plaza Miserere para vivir una breve Adoración Eucarística.
Luego prosiguieron la caminata y pasaron en silencio por el Congreso de la Nación, para manifestarse a favor del derecho a la vida y contra males como la trata de personas, el suicidio adolescente, el desempleo, entre otros.
La multitud se dirigió hasta la Plaza de Mayo para participar en la Misa, la Adoración del Santísimo Sacramento y la tradicional procesión.
Al día siguiente, en la Diócesis de San Isidro, el Presidente de la CEA y Obispo del lugar, Mons. Oscar Ojea, realizó una Misa para pedir sabiduría para los legisladores. Además alentó a los fieles a comprometerse con "aquellas situaciones que podemos acompañar auténticamente, para poder recibir en la existencia a tantos hermanos que son llamados por el Señor".
En tanto, el Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik, expresó que la vida es para todos sin excepción. "Por eso nos aterra pensar que los peregrinos más frágiles e indefensos, como son los niños por nacer y las madres que los engendraron podrían ser destinados: uno a morir y los otros a padecer las consecuencias de la muerte", denunció.
Desde la Arquidiócesis de Paraná, Mons. Juan Alberto Puiggari, recordó que se debe propiciar "una cultura de la inclusión, que no descarte a nadie por ninguna razón. Rechazar la vida que empezó su camino es signo de una cultura del descarte y la exclusión que nos deshumaniza, empobrece y contradice el dato duro de la ciencia".
El Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Martín, expresó que "predomina una visión utilitarista y eficientista de la persona humana, haciéndola valer por lo que produce o consume y no por su dignidad de ser persona humana, única e irrepetible".
"Como si unos tuvieran derecho a vivir y otros no. Para nosotros toda vida vale, valen las dos vidas, la de la madre y la del hijo", reafirmó el Arzobispo.
Por su parte, el Arzobispo de Salta, Mons. Mario Antonio Cargnello, aseguró que el compromiso con la vida "se realiza en la cotidiana monotonía del trabajo, de la familia, de la profesión. Se expresa en un compromiso inclaudicable por la justicia y la equidad, por la paz, por el respeto y la solidaridad y se alimenta en una relación fuerte y amigable con el Dios de la Vida, el Padre de nuestro Señor Jesucristo".