Luego de cuatro meses de arresto domiciliario, un juez anuló la condena que fue impuesta en julio al exarzobispo de Adelaide (Australia), Mons. Philip Edward Wilson, acusado de presuntamente haber encubierto abusos sexuales contra menores en la década de 1970.
El juez de la corte del distrito de Newcastle, Roy Ellis, dijo el 6 de diciembre que la Corona no había probado más allá de una "duda razonable" que el Arzobispo Wilson no denunció el abuso cometido por el P. James Fletcher. Este último fue declarado culpable en 2004 de ocho cargos de abuso infantil y más tarde condenado a 10 años de prisión. Los ocho cargos fueron cometidos entre 1989 y 1991.
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Sin embargo, el sacerdote, fallecido en el 2006 en prisión, habría cometido también abusos en la década de 1970.
Peter Creigh y otro monaguillo cuyo nombre está oculto por razones legales, aseguraron haberle contado a Mons. Wilson en 1976 sus experiencias de abuso perpetradas por el P. Fletcher.
Mons. Wilson, de 68 años, renunció como Arzobispo de Adelaida el 30 de julio de 2018.
El juez Ellis dijo que "habían características muy honestas" en la evidencia del exarzobispo Wilson que "le brindan una plataforma sólida para que sea considerado un testigo honesto", según indicó a ABC.
El juez también notó que Mons. Wilson "no intentó ennegrecer el nombre de Peter Creigh y alegar que era un mentiroso", lo que lo califica como una indicación de la "honestidad general" del prelado.
Asimismo, cuestionó a Creigh por el recuerdo de la conversación que aseguró haber tenido con Mons. Wilson hace 42 años. Indicó que había inconsistencias en la evidencia de Creigh.
Si bien llamó a Creigh "un testigo honesto que hace todo lo posible por recordar los acontecimientos de 1976", el juez aclaró que "aceptar al Sr. Peter Creigh como un testigo honesto no significa automáticamente" que su denuncia iría "más allá de toda duda razonable".
Creigh "no hizo ninguna queja a nadie hasta que se lo contó a su familia 33 años después, en 2009", aseguró el juez Ellis, y agregó que "no tomó nota de la conversación con (Mons.) Philip Wilson ni en el momento, ni poco después de la supuesta conversación, ni en ningún momento durante los siguientes 39 años".
El juez también señaló la posibilidad de una influencia indebida de los medios de comunicación en el caso.
"Esto no es una crítica a los medios de comunicación, sino que intencionada o no, la mera presencia de grandes cantidades de medios de todo Australia y el mundo conlleva cierta cantidad de presión", afirmó Ellis.
La fuerte presencia de los medios de comunicación "puede equivaler a una presión percibida para que un tribunal llegue a una conclusión que parece ser consistente con la dirección de la opinión pública, en lugar de ser consistente con el estado de derecho que requiere que un tribunal dicte justicia individual en su decisión", dijo Ellis.
Asimismo, sostuvo que no les corresponde "castigar a la Iglesia Católica por sus déficits morales institucionales, o castigar a Philip Wilson haciéndolo culpable por los pecados del ahora fallecido James Fletcher, simplemente porque es un sacerdote católico".
Mons. Wilson no asistió a la corte en persona, pero observó la decisión a través del enlace de los medios. La Corona dijo que apelará la decisión de Ellis.
Durante todo el proceso el exarzobispo dijo que es inocente. Aseguró que no tenía ningún recuerdo de las acusaciones e insistió en que si le hubieran notificado del escándalo, habría ofrecido atención pastoral a las víctimas y sus familias, e informado del hecho a sus superiores.
El P. Philip Marshall, administrador delegado de la Arquidiócesis de Adelaide, dijo que "celebran la conclusión de un proceso que ha sido largo y doloroso para todos los involucrados".
"Los sobrevivientes de abuso sexual infantil y sus familias están en nuestros pensamientos y oraciones, y la Arquidiócesis sigue comprometida con proporcionar los entornos más seguros posibles para los niños y las personas vulnerables a nuestro cuidado", añadió el sacerdote.
Mons. Wilson fue declarado culpable el 22 de mayo y condenado a 12 meses de detención domiciliaria en julio. Venía cumpliendo la sentencia en la casa de un familiar en Nueva Gales del Sur, usando un dispositivo de rastreo.
El Prelado renunció como Arzobispo de Adelaida en julio, después de haber dicho en un inicio que solo lo haría si su apelación fallaba. Indicó haber cambiado de opinión porque "hay demasiado dolor y angustia causada por mantenerme como Arzobispo de Adelaida, especialmente para las víctimas del P. Fletcher".
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.