Muchos científicos que trabajan en la industria de la reproducción asistida –donde los procedimientos suponen abortos en las etapas iniciales de la vida humana- desconocen que están excomulgados latae sententiae. Según el Arzobispo de Concepción (Chile), Mons. Fernando Natalio Chomalí Garib, esto se debe a un gran "analfabetismo" en cuestiones éticas y la labor de la Iglesia es invitar a estas personas a descubrir el valor de la vida.

En una entrevista concedida el 27 de septiembre en Roma a ACI Prensa, Mons. Chomalí explicó que muchos de estos profesionales "son muy ignorantes en materia teológica, moral y ética, y la tarea de la Iglesia es hacerles ver lo que están haciendo para que descubran que la ciencia no puede atentar contra la vida del hombre, no puede atentar contra la vida humana, y ese es un camino pedagógico que nos gustaría mostrar".

"Ahora, si una persona en conocimiento y conciencia de causa, con libertad, destruye embriones estamos en presencia de una actitud abortiva, la Iglesia es muy clara en que es una excomunión Laten Sentencia, pero yo tengo la impresión de que hay una gran cantidad de científicos que no perciben realmente la gravedad y el peso que significa generar vida humana para destruirla y a nosotros nos corresponde hacer ver que la ciencia es una ciencia realmente humana cuando al conocimiento científico se le suma la sabiduría y creo que hoy día falta sabiduría y el gran aporte que puede hacer".

Mons. Chomalí es miembro del comité directivo de la Pontificia Academia para la Vida, y visitó la semana pasada el Vaticano para preparar la reunión que el dicasterio celebrará durante el próximo mes de febrero.

Latae sententiae es un término latino utilizado en el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica, quiere decir que una pena se aplica ipso facto, es decir, la Latae sententiae implica una aplicación automática de la pena canónica, sin necesidad de declaración por una autoridad eclesiástica.

Una pena de Latae sententiae puede ser una excomunión, prohibición o suspensión, aunque la excomunión no necesita una amonestación previa, las otras dos sí. La excomunión prohíbe el ejercicio de ciertos derechos bautismales y puede implicar restricciones en cuanto a la participación en los acontecimientos litúrgicos, el gobierno de la Iglesia y la recepción de beneficios de la iglesia.

La Iglesia es muy clara; no se puede generar vida humana para ser destruida bajo ningún punto de vista y que no se pueden extraer células madre de embriones porque eso significa la destrucción de seres humanos, de manera que quienes atentan de esta manera contra la vida humana están automáticamente fuera de la Iglesia.

Mons. Chomalí explicó que en este sentido "estaríamos digamos en una situación de destrucción de la vida humana, lo cual es inadmisible desde todo punto de vista. Pero la Iglesia alienta positivamente la investigación de las células madre obtenidas a partir del cordón umbilical".

"Nosotros creemos que la ciencia cuando está orientada al bien del ser humano en la línea de la terapia, porque siempre va a ser un bien para el hombre", concluyó.

La Pontificia Academia para la Vida fue instituida por el Beato Juan Pablo II en el año 1994 para afrontar los temas que afectan al respeto a la vida desde el punto médico, biológico, filosófico, teológico, para dialogar y profundizar en los distintos aspectos que ofrecen las nuevas tecnologías y la medicina en miras al respeto incondicional de la vida humana.