En el Evangelio de Lucas 9:27, al final de un discurso a los doce apóstoles, Jesús agrega, misteriosamente: "Pues de verdad os digo que hay algunos, entre los aquí presentes, que no gustarán la muerte hasta que vean el Reino de Dios".
Esto a menudo se ha tomado como una profecía de que el fin del mundo ocurriría antes de que la primera generación de cristianos muriera. Sin embargo, la frase "reino de Dios" también puede referirse a "la expresión externa del reino invisible de Dios".
El reino está encarnado en Cristo mismo y, por lo tanto, podría "verse" si Cristo lo manifestara de una manera inusual, incluso en su propia vida terrenal, así como lo fue el evento de la Transfiguración.