Santa Juana de Aza tenía dificultades para concebir un hijo. Por eso le rezó a Dios y pidió la intercesión de Santo Domingo de Silos. Sus oraciones fueron escuchadas y en agradecimiento le puso a su hijo por nombre Domingo.
Una noche, Juana soñó que daba a luz a un perro con una antorcha en la boca que corría por todo el mundo. El sueño la asustó y se dirigió a un monasterio para consultar con un monje, que le dijo: "No se preocupe, señora. La antorcha encendida representa la palabra de Dios. Como el perro, tu hijo va a ir por todo el mundo anunciándola".
Esa historia, junto con la piedad de Juana, debió de haber inspirado a su hijo Domingo para dedicarse al Señor. Fundó la Orden de Predicadores y ayudó a detener la propagación de la herejía albigense, la cual había incursionado peligrosamente en el cristianismo de su época.
7. Margarita Occhiena (venerable) y San Juan Bosco