4 de julio de 2014 / 09:04 PM
"Hace unos días, la fuerza aérea iraquí comenzó a bombardear Mosul, y los ataques aéreos están aumentando de intensidad cada día. Ayer las carreteras que atraviesan la llanura de Nínive estaban llenas de caravanas de vehículos con familias musulmanas que huían de Mosul hacia Erbil y el Kurdistán iraquí". El Arzobispo caldeo (católico) de Mosul, Mons. Amel Shamon Nona describe así la situación en la ciudad conquistada el 9 de junio por los insurgentes sunitas encabezados por militantes yihadistas del Estado Islámico de Irak y del Levante (Siria).
Según señala la agencia vaticana Fides, los ataques aéreos siguen haciendo que la ciudad se quede bacía de civiles, mientras que los milicianos siguen controlando los barrios y se registran incursiones de grupos armados en las iglesias.
Entre ayer y anteayer, indica el Arzobispo, "grupos armados asaltaron la Iglesia siro-ortodoxa de San Efrén y la siro-católica dedicada a San Pablo. El ataque duró unos diez minutos, y se ha confirmado que de la Iglesia siro-ortodoxa se han llevado la cruz del altar". Los primeros días tras la caída de Mos