21 de septiembre de 2008 / 09:01 AM
Miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI quien al introducir la oración recordó que la vocación a la vida cristiana es ya una primera recompensa que Dios nos hace para vivir en plenitud en la tierra. Ante ellos recordó que "por fortuna, la lógica de Dios no es la misma que la del hombre".
“El ya ser llamados por Dios es la primera recompensa: el poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar con su obra, constituye de por sí un premio inestimabile que paga toda fatiga”, afirmó el Papa al meditar el Evangelio del día de hoy.
El Papa resaltó además que esto solo lo entiende “quien ama al Señor y a su Reino; quien en cambio trabaja solamente por el dinero nunca se dará cuenta del valor de este inestimabile tesoro”.