A lo largo de la audiencia que sostuvo el Papa Benedicto XVI con los Administradores de la Región Lazio, el Pontífice recordó que el matrimonio y la familia encuentran sus raíces en la esencia de la persona y exhortó a respetar la vida desde el nacimiento hasta su fin natural.
El Santo Padre, en referencia a lo sucedido en los días en que estuvo expuesta la salma del Siervo de Dios Juan Pablo II, afirmó que “Roma y Lazio, como el resto de Italia y la humanidad entera, han vivido en aquellos días una profunda experiencia espiritual, de fe y de oración, de fraternidad y de redescubrimiento de los bienes que hacen digna y rica de significado nuestra vida”, y exhortó a que tal experiencia “no quede privada de frutos también en el ámbito de la comunidad civil”.
En modo particular se refirió a “aquel terreno sensible y decisivo para la formación y la felicidad de las personas como para el futuro de la sociedad, que es representado por la familia”.