Domingo 21 de enero

Evangelio según San Lucas, capítulo 1, versículo del 1 al 4; del 14 al 21


1 Habiendo muchos tratado de componer una narración de las cosas plenamente confirmadas entre nosotros, 2 según lo que nos han transmitido aquellos que fueron, desde el comienzo, testigos oculares y ministros de la palabra; 3 me ha parecido conveniente, también a mí, que desde hace mucho tiempo he seguido todo exactamente, escribirlo todo en forma ordenada, óptimo Teófilo, 4 a fin de que conozcas bien la certidumbre de las palabras en que fuiste instruido.

14 Te traerá gozo y alegría y muchos se regocijarán con su nacimiento. 15 Porque será grande delante del Señor; nunca beberá vino ni bebida embriagante, y será colmado del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre; 16 y convertirá a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. 17 Caminará delante de El con el espíritu y el poder de Elías, "para convertir los corazones de los padres hacia los hijos", y los rebeldes a la sabiduría de los justos, y preparar al Señor un pueblo bien dispuesto". 18 Zacarías dijo al ángel: "¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer ha pasado los días". 19 El ángel le respondió: "Yo soy Gabriel, el que asisto a la vista de Dios; y he sido enviado para hablarte y traerte esta feliz nueva. 20 He aquí que quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que esto suceda, porque no creíste a mis palabras, que se cumplirán a su tiempo". 21 El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que tardase en el santuario.

Comentario

2 Desde el comienzo: Tal es la esencia de la tradición, y lo que hace su eficacia: no el que se haya trasmitido por mucho o poco tiempo, sino el que arranque de la fuente originaria y conserve sin ninguna variación el primitivo depósito. Cf. I Tim. 6, 20 : "Oh, Timoteo, cuida el depósito, evitando las palabrerías profanas y las objeciones de la seudociencia". Con esta expresión cuida el depósito nos da Pablo el verdadero concepto de la Tradición, mostrándonos que ella consiste en conservar fielmente lo mismo que se nos entregó en un principio, y que lo que importa, no es el tiempo más o menos largo que tiene una creencia o una costumbre, sino que ella sea la misma que se recibió originariamente. Sin esto ya no habría tradición, sino rutina y apego a esas "tradiciones de hombres" que tanto despreciaba Jesús en los fariseos (Mat. 15, 3 - 6). De ahí el empeño de S. Pablo porque se conservase lo mismo que se había recibido (4, 6) sin abandonarlo aunque un ángel del cielo nos dijese algo distinto (Gál. 1, 6 ss.). Véase la definición de la tradición por S. Vicente de Leríns: "lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos".

3. Teófilo, a quien dedica el Evangelista su libro, es un noble amigo de San Lucas, convertido al cristianismo, o un seudónimo que designa a todos los cristianos. Prefieren algunos exégetas esta interpretación no sólo por ser desconocida dicha personalidad en la literatura evangélica, sino también por el nombre que significa: "el que ama a Dios".

17. Véase Mal. 3, 1; 4, 6; Mat. 11, 11 y nota. Juan tendrá que preparar el camino para la primera venida de Cristo como Elías lo hará cuando se acerque la segunda (Mat. 17, 11).

21. Después del sacrificio el sacerdote tenía que bendecir al pueblo con la fórmula de Núm. 6, 23 ss.

Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios