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Día 3, enero 24: Juan Pablo II se encuentra con el Mundo del Dolor

MÉXICO D.F., 24 (ACI).- La alegría y el dolor se unieron en el hospital Adolfo López Mateos, en el que para algunos ha sido el encuentro más emotivo del Papa Juan Pablo II en tierra mexicana: su cita con los enfermos.

Fueron minutos intensos, cargados de auténtica compasión derramada por un Pontífice que ha vivido su misión marcado por el dolor y que pudo ir más allá del sufrimiento personal para asistir espiritualmente y alentar a decenas de enfermos graves internados en este centro hospitalario dedicado a personas de escasos recursos.

Mientras miles se concentraron en las afueras del local para aguardar la entrada y la salida del Pontífice en una especie de velada con música y oraciones, Juan Pablo II tuvo un gesto de cariño y una bendición para cada enfermo ubicado a su paso en la plazuela del hospital.

Niños, ancianos, hombres y mujeres enfermos de condición humilde tuvieron la oportunidad de besar la mano del Pontífice, y derramar lágrimas de emoción por la visita de un amigo que según dejó sentado en su mensaje, los tiene presentes en cada viaje.

Uno de los momentos más intensos de la cita dominical fue el encuentro del Santo Padre con el Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, Arzobispo Emérito de México.

"Me siento muy cercano a cada uno de los que sufren, así como a los médicos y demás profesionales sanitarios que prestan su abnegado servicio a los enfermos", dijo el Papa; "Quisiera que mi voz traspasara estos muros para llevar a todos los enfermos y agentes sanitarios la voz de Cristo, y ofrecer así una palabra de consuelo en la enfermedad y de estímulo en la misión de la asistencia, recordando muy especialmente el valor que tiene el dolor en el marco de la obra redentora del Salvador".

El Pontífice reflexionó sobre el misterio del sufrimiento señalando que "el dolor es un misterio, muchas veces inescrutable para la razón. Forma parte del misterio de la persona humana, que sólo se esclarece en Jesucristo, que es quien revela al hombre su propia identidad. Sólo desde Él podremos encontrar el sentido a todo lo humano".

El Papa explicó que sólo desde la fe en Jesucristo sufriente "el dolor, la enfermedad y los momentos oscuros de la existencia humana, adquieren una dimensión profunda e, incluso esperanzada. Nunca se está solo frente al misterio del sufrimiento: se está con Cristo, que da sentido a toda la vida: a los momentos de alegría y paz, igual que a los momentos de aflicción y pena".

"Con Cristo todo tiene sentido –concluyó-, incluso el sufrimiento y la muerte; sin Él, nada se explica plenamente, ni siquiera los legítimos placeres que Dios ha unido a los diversos momentos de la vida humana".

Luego, en una breve liturgia, el Pontífice impartió su bendición a los presentes y se retiró luego a una visita privada a los enfermos terminales con cáncer y Sida.

Lea el mensaje completo del Papa a los enfermos: http://www.aciprensa.com/dis-mex5.htm  


"CATÓLICOS MEXICANOS: ¡PROMUEVAN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN!

MÉXICO D.F., 24 (ACI).- “Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano”, a una sola voz se apoderó de la multitud que llegó hasta el Autódromo de los Hermanos Rodríguez para asistir a la Eucaristía papal en tanto Juan Pablo II descendió del helicóptero presidencial otorgado por el gobierno mexicano para trasladarse desde el Campo de Marte hasta el vasto escenario.

Brazos en alto desde el tradicional Papamóvil, el Santo Padre saludó al casi millón de peregrinos llegados de todo México y América y que pernoctaron en el Autódromo para verlo y escucharlo.

“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un sólo Dios y Padre” cantó el coro sin cesar hasta dar paso al "Qué alegría cuando me dijeron vamos a la Casa del Señor", preparando el ambiente para el inicio de la ceremonia.

A sus espaldas, una imagen de su Madre querida, la Virgen de Guadalupe y delante, frente al altar, una hermosa y gigantesca alfombra de flores simbolizando todas las banderas del continente a partir de la cual se ubicó la impresionante multitud agitando banderitas, portando imágenes cristianas y muchos rezando el Rosario.

Tras un prolongado momento de vivas, porras y lemas, el Cardenal Rivera dio su mensaje de bienvenida y agradecimiento al ilustre invitado recordando “el cariño que ha tenido y mantenido por el  pueblo de México desde hace veinte años cuando visitó por vez primera la tierra bendita de nuestro  país”.   "México lo ama Santo Padre, y necesita de su palabra iluminadora", dijo el Cardenal Rivera,  "anhelamos, Padre Santo, que su visita haga caer sobre nosotros, vida nueva, esperanza que no defrauda, fe que transforma, amor que todo lo renueva y una larga bendición apostólica", concluyó.

En el marco de la mañana fresca y soleada, un Juan Pablo II renovado comenzó la lectura de una enérgica homilía. "Pido a todos los fieles de esta Nación que se comprometan a ayudar y promover a los más necesitados de entre Ustedes", dijo el Papa. "Es necesario que todos y cada uno de los hijos de esta Patria tengan lo necesario para llevar una vida digna. Todos los miembros de la sociedad mexicana son iguales en dignidad, pues son hijos de Dios y, por tanto, merecen todo respeto y tienen derecho a realizarse plenamente en la justicia y en la paz", añadió.

Tras enumerar los desafíos que a la vida cristiana plantea el mundo actual, el Santo Padre reafirmó que "los cristianos han de ser como el ‘alma’ de este mundo: que lo llene de espíritu, le infunda vida y coopere en la construcción de una sociedad nueva, regida por el amor y la verdad".

"¡Hagan que la palabra de Cristo llegue a los que aún la ignoran! ¡Tengan la valentía de testimoniar el Evangelio en las calles y plazas, en los valles y montañas de esta Nación! Promuevan la nueva evangelización, siguiendo las orientaciones de la Iglesia", exhortó con energía el Pontífice, al llegar al corazón de su homilía.

"Hijos e hijas de México y de América entera, no busquen en ideologías falaces y aparentemente novedosas la verdad de la vida: ‘Jesús es la verdadera novedad que supera todas las expectativas de la humanidad y así será para siempre’", agregó.

Vocaciones

El pueblo que abarrotaba el autódromo rompió en aplausos cuando el Papa Juan Pablo II saludó afectuosamente a los sacerdotes, consagrados y consagradas de México, así como a las religiosas de clausura. En ese marco, el Pontífice dirigió un enérgico llamado a los jóvenes a responder al llamado vocacional.

"Queridos jóvenes –dijo el Papa-, Jesús llamó un día a Simón Pedro y a Andrés. Eran pescadores y abandonaron sus redes para seguirle. Ciertamente Cristo llama a algunos de Ustedes a seguirlo y entregarse totalmente a la causa del Evangelio". "¡No tengan miedo de recibir esta invitación del Señor! ¡No permitan que las redes les impidan seguir el camino de Jesús! Sean generosos, no dejen de responder al Maestro que llama. Síganle para ser, como los Apóstoles, pescadores de hombres".

El Pontífice animó también a los padres y madres de familia "a ser los primeros en alimentar la semilla de la vocación en sus hijos, dándoles ejemplo del amor de Cristo en sus hogares, con esfuerzo y sacrificio, con entrega y responsabilidad".

Finalmente, al concluir, el Papa dirigió conmovedoras palabras "hacia el Tepeyac, a Nuestra Señora de Guadalupe, Estrella de la primera y de la nueva Evangelización de América". "A ella encomiendo la Iglesia que peregrina en México y en el Continente americano, y le pido ardientemente que acompañe a sus hijos a entrar con fe y esperanza en el tercer milenio".

"¡Virgen Santísima! que, como el Beato Juan Diego, podamos llevar en el camino de nuestra vida impresa tu imagen y anunciar la Buena Nueva de Cristo a todos los hombres", concluyó.

Emociones

Al concluir la homilía, el Papa improvisó palabras de admiración y agradecimiento por el entusiasta coro de niños que, alentados por el cálido elogio pontificio, conmovió el autódromo cuando entonó con inusitada energía los "Señor yo creo, pero aumenta mi fe" de respuesta a las sentencias del Credo proclamadas por el Santo Padre.

Lea la homilía y el Angelus del Papa en el Autodrómo Rodrígues en: http://www.aciprensa.com/dis-mex4.htm  


"ECCLESIA IN AMERICA" ES LLAMADO A PROCLAMAR EL EVANGELIO, DICE EL PAPA

MÉXICO D.F. 24, (ACI).- Apenas concluida la Santa Misa celebrada en el autódromo "Hermanos Rodríguez", y cercana ya la hora del medio día, el Papa Juan Pablo II dirigió a la Madre, como todos los domingos, la tradicional oración del Angelus Domini, en la definió la Exhortación apostólica como un llamado a predicar el Evangelio.

"La Exhortación apostólica postsinodal ‘Ecclesia in America’, presentada ayer, invita a este amado Continente a dar un renovado ‘sí’ a Jesucristo, acogiendo y respondiendo con generosidad misionera a su mandato de proclamar la Buena Nueva a todas las naciones", dijo el Papa.

"Bajo la mirada protectora de María pongo de nuevo los frutos evangelizadores del reciente Sínodo de América, el ardor apostólico de sus Iglesias locales y también esta Visita pastoral a la querida nación mexicana", agregó.

Más adelante, confirmando la intensa tónica mariana de su visita, el Pontífice señaló: "Nuestra Señora de Guadalupe, unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anuncio de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos, ayudando a los primeros misioneros en su evangelización". "A ella, que llevó en su seno al ‘Evangelio de Dios’, pido que les ayude a ser testigos de Cristo ante los demás.

Que María Santísima interceda por nosotros y, con su protección materna, nos acompañe en este compromiso alentador", concluyó.



EL PAPA ENCUENTRA "LA FUENTE DE LA JUVENTUD" EN MÉXICO

MÉXICO D.F. 24, (ACI).- Fuentes del equipo organizador de la visita del Papa Juan Pablo II a América señalaron que el excelente estado de ánimo del Pontífice ha motivado a incluir modificaciones en la rutina que no estaban originalmente previstas.

"El Santo Padre se encuentra rejuvenecido por la acogida y el calor del pueblo mexicano que lo acompaña en todos sus trayectos hacia sus actividades públicas y privadas en la capital", señaló la fuente, al informar que, por este motivo, se ha decidido cambiar sus recorridos previstos en vehículos cerrados por el tradicional "papamóvil" o el novedoso "papabus" empleado en su primer contacto con esta tierra.

Originalmente, sólo tres grandes recorridos habían sido programados en vehículos panorámicos.