Conmemorando los 40 años de este documento visionario en el tema del matrimonio y la familia, ACI Prensa ofrece los recursos para conocerlo y comprenderlo. Léa aquí el documento completo:
Encíclica Humanae Vitae. Escrita por S.S. Pablo VI. Jueves 25 de julio de 1968


Aniversario Encíclica Humanae Vitae

Este año se cumplen 38 años de la publicación de la Encíclica Humanae Vitae, de SS Pablo VI (25 de julio 1968), razón por la cuál adjuntamos el documento completo y una entrevista de actualidad sobre la Encíclica, emitida por RP Ignacio Carrasco de Paula, miembro de la Pontificia Academia por la Vida.

"LOS HIJOS NO SON UNA TAREA"
[Revista Nro.117]

El sacerdote Ignacio Carrasco de Paula, Canciller de la Pontificia Academia de la Vida explica que la traducción de la encíclica Humane Vitae al español está mal hecha, porque el original en latín dice que los hijos son una misión y no un deber que cumplir.

Algunos critican a la Iglesia Católica por no aceptar el uso de métodos anticonceptivos en el matrimonio. ¿Qué responde usted?

- El problema con que nos enfrentamos hoy no son los contraceptivos. Los contraceptivos aparecen como solución a un problema de fondo: no querer al hijo. Se ha dejado de ver al hijo como un regalo, un don. Los contraceptivos son una consecuencia de no querer tener hijos. Pero este problema ya no es de la Iglesia Católica, es un problema de la sociedad entera por cuanto ya hemos llegado a tasas de crecimiento cero.

¿Se puede revertir esta mentalidad?

- Se debe hacerlo, porque una cuestión así no tiene salida. Europa está preocupada de desarrollar políticas que promuevan los nacimientos, se ven carteles en países como Bélgica promoviendo la familia numerosa.

Pero en China se trató de revertir la política del hijo único y las mujeres dijeron ¡No, ya no queremos!

- Claro, predisponer al ser humano contra los hijos se vuelve contra el mismo ser humano.

Entonces, ¿cómo revertir en la familia esta mentalidad de rechazo al hijo?

- Gran pregunta. Primero, para contrarrestar en la mujer esta mentalidad de rechazo a la maternidad hay que reconciliarla con la imagen de hombre, como esposo y padre. Si analizamos la primera página de los periódicos más masivos y populares del mundo nos encontraremos con una noticia que no falta: un marido que ha matado a su mujer o que ha golpeado a su esposa y a sus hijos. Sacar a la luz la violencia intrafamiliar ha traído como consecuencia positiva leyes en defensa de la mujer y los niños. Sin embargo, no se ha hecho un gran esfuerzo en entender el porqué de la violencia. Y en gran parte se puede encontrar la causa en las páginas sucesivas de los mismos medios de comunicación: una serie de notas y fotos de alto contenido erótico. Desde la psiquiatría se sabe que muchas veces la raíz de la violencia se encuentra en un comportamiento sexual alterado. Los medios de comunicación exacerban tendencias patológicas de la sexualidad: ese factor incide de manera muy negativa en la conducta.
En segundo lugar, yo creo que tanto hombre como mujer deben volver a valorar al hijo como lo más amable que hay en la vida. Como un regalo de gran valor.

Cómo entra en juego este modo de ver al hijo como un regalo, con el concepto de “paternidad responsable”?

- Hay algo interesante, aunque pequeño, que debemos corregir. Se refiere a la traducción de la Humane Vitae, la encíclica escrita por Paulo VI y en la que por primera vez  aparece el concepto de “paternidad responsable”. Esa encíclica está mal traducida al español: comienza refiriéndose a “la tarea de tener hijos”. En latín no dice eso: dice “misión”. La traducción fue hecha con mentalidad jurídica y presenta a los hijos como una de las tantas “obligaciones” de los casados: tener hijos. Pero los hijos no son una obligación y esta aclaración lo cambia todo. Desgraciadamente hoy muchos se plantean a los hijos como una obligación y no como un don.

Pero si alguien, frente a parejas que se casan y postergan la llegada de los hijos, dice, “¿Para qué se casaron si no quieren tener hijos?,” ¿está razonando mal?

- Sí, está mal. Puede ser una opción perfectamente legítima casarse y no tener hijos por un tiempo, si hay motivos razonables.

Por ejemplo, ¿un post grado es un motivo razonable?

- Sí, por ejemplo. Yo veo a diario a jóvenes recién egresados de Medicina, que deben seguir estudiando su especialidad y que no tienen aún ninguna certeza de inserción  laboral. Llevan ya varios años de noviazgo, pero tendrían que esperar muchos años para casarse para tener hijos. En muchos casos, por razones de fidelidad a su amor, es mejor que se casen y posterguen la llegada de los hijos. En el piso superior a éste, acá en Gemelli, tenemos el Instituto Paulo VI donde se investiga en métodos naturales de planificación familiar que, además de su eficacia, unen a la pareja.

¿Podría ahondar en esta idea de resguardar el amor y ser fiel a ese amor?

- Una pareja de novios garantiza su fidelidad casándose porque casarse es realizar una promesa, implica comprometerse. Un muchacho y una muchacha que no tienen padres que los mantengan, ni trabajo aún, y que deben seguir estudiando, exponen demasiado al esperar indefinidos años para casarse. Lo que quiero explicarle es que me parece que la gente padece de una visión terrorista, ya que enfoca la vida matrimonial y la llegada de los hijos como si fuesen una tarea. Algo con lo que hay que cumplir. Y no es así, son una oportunidad maravillosa que la vida nos regala.

Y en esta misma línea de análisis. ¿Cómo debe interpretarse la frase “hay que tener todos los hijos que Dios envíe?

- Sí… es una frase de profundo significado. Pero no puede entenderse como si Dios fuese lanzando los hijos en forma intermitente y los padres tuviesen que atajarlos. Dios pide la colaboración de los matrimonios para traer vida al mundo, pero esa colaboración  tiene  que ser pensada, evaluada. En esto radica la responsabilidad. Es evidente que es un bien atender a los leprosos, pero usted puede legítimamente, racionalmente, en atención a su realidad y circunstancias, no querer ese bien. Y en ese sentido, no hace ningún mal por no ir a cuidar a los leprosos.  Los hijos también son un bien, pero son un bien que en determinadas circunstancias no se puede recibir.

Ficha del entrevistado
Quién es: Sacerdote, médico psiquiatra por la Universidad de Barcelona, Director del Instituto de Bioética del Policlínico Gemelli de Roma y recién nombrado en enero del 2005 Canciller de la Pontificia Academia de la Vida por Juan Pablo II.
Al mismo tiempo dice que las personas, al no comprender correctamente conceptos como “paternidad responsable”, “casarse para tener hijos” y “tener los hijos que Dios mande” caen en una mentalidad terrorista, que lleva a ver el matrimonio y la paternidad como pesadas cargas con las que cumplir.


Fuente: www. hacerfamilia.net